Las mascotas no son hijos, claro. Sin embargo, muchas parejas sienten que sí lo son. Las parejas pueden entrar en argumentos muy fuertes cuando se separan y tienen que decidir qué hacer con las mascotas que cuidaron juntos.
Lo mal que termine la relación con frecuencia dicta lo mal que termina la situación con las mascotas. Luego las mascotas pueden ser usadas para lastimar o manipular al otro por resentimiento.

Y claro, también hay que considerar a las mascotas. La ruptura definitivamente les puede causar un impacto, cualquier cambio de ambiente o de rutina puede ser estresante para los animales.

Es importante mantener una rutina para reducir las posibilidades de estresar a tus mascotas, esto significa que deberás alimentarlos a la misma hora de costumbre, pasearlos seguido y pasar tiempo juntos.

Es bueno que antes de que se separen físicamente, que acuerden en quién va a hacer qué con las mascotas. Para asegurar una transición limpia, quien se quede con las mascotas debería cuidar de ellos por el principio antes de la separación en si.

La mejor forma de evitar esto es discutiendo qué harían en esta situación antes de que las cosas empiecen a salir mal en la relación. Pero si no pensaste en eso antes, ayudaría negociar una especie de acuerdo temporal para determinar quién se queda con las mascotas y viendo cómo se sienten todos al respecto.

Esto puede permitir que las emociones se tranquilicen y los conflictos disminuyan y normalmente es más fácil para que alguien este de acuerdo con una prueba en lugar de acordar algo permanente desde el principio.

También es buena idea que quien se quede con las mascotas se encargue completamente de los gastos para evitar conflictos con complicaciones excesivas con tu ex.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.