Una noche de bebidas suele tener su precio y si esa horrible cruda no fue suficiente, la mañana del día después también conlleva otra sorpresa no deseada.

Al igual que todo lo que consumes, el alcohol afecta tu sistema gastrointestinal y puede severamente afectar tus hábitos de heces. El alcohol suele hacer que tenga una consistencia más aguada de lo normal.

Tu sistema gastrointestinal es responsable por la absorción de nutrientes y agua, cuando bebes alcohol, el forro de tus intestinos se altera y pierde un poco de sus propiedades de absorción.

Para la mayoría, este efecto secundario desafortunado surge después de dos o tres copas, pero problemas subyacentes intestinales pueden volverte más sensible.

El alcohol provoca el movimiento intestinal, lo cual significa que todo lo que ya esté en tu colon evacuará más rápido. No sólo tendrás urgencias en la mañana, pero también podrás ver más heces de lo normal.

20% de lo que bebes es absorbido por el estómago, pero el 80% restante se digiere en los intestinos. Cuando tienes mucho más líquido en el colon, tendrás mayores volúmenes de heces. Para evitar esto, reduce un poco la porción de tu bebida.

Para remediarlo, lamentablemente, al igual que la cruda, en realidad no hay mucho más que hacer además de esperar a que pase. Bebe mucha agua y que te sirva de consuelo pensar que por la tarde o la noche ya te sentirás mejor.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.