Las frutas secas parecen un alimento perfecto, son deliciosos, te los puedes llevar a todos lados y son sanos en su mayoría.

Contienen mucha fibra… pero también calorías. Al igual que la fruta fresca, la deshidratada tiene vitaminas que son antioxidantes. Pero debido a su falta de humedad, sus contenidos son mucho más concentrados. Esto incluye la fibra, que aunque sea buena para ti, puede causar cólicos o hinchamiento.

También tiene más azúcar, por lo tanto, más calorías. Hasta las rutas no endulzadas tienen azúcar que no siempre es fácil de digerir en grandes cantidades. Y peor aún, los sulfitos pueden causar diarrea y dolores de cabeza en algunas personas. Busca la fruta deshidratada libre de sulfitos si puedes.

Si haces las cosas bien, estas frutas pueden servir como reemplazo de otros alimentos no tan nutritivos que se te pueden antojar. Si te gustan las papas fritas, prueba unas frutas horneadas o liofilizadas para que crujan. Si se te antojan gomitas, busca frutas deshidratadas suaves.

Come de la manera correcta:

  • Bebe agua: la fibra te ayuda a ir al baño, pero si estás deshidratado, también absorberá el fluido que te quede. El resultado es estreñimiento. Siempre tomar algo junto con tus frutas deshidratadas puede ayudar.
  • Porciona: usa bolsas de plástico o contenedores individuales para dividir la fruta en porciones inteligentes. Dos piezas de fruta más grande (mango, pera, etc.) y dos cucharadas de frutas más pequeñas (como ciruelas o uvas)
  • Agrega proteína: cuando emparejas tus frutas deshidratadas con un poco de proteína o grasa, como con nueces o yogurt griego, te llena más y es menos probable que te pases con el azúcar.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.