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¿De verdad necesitas un smartwatch?

Vivimos rodeadas de gadgets que prometen hacernos la vida más fácil, más productiva y más “conectada”. Entre ellos, el smartwatch se ha convertido en uno de los accesorios más populares de los últimos años. Pero antes de invertir en uno más, vale la pena hacerse una pregunta honesta: ¿de verdad lo necesitas?

Qué hace (y qué no hace) un smartwatch

Un smartwatch no es solo un reloj con notificaciones. Los modelos actuales ofrecen funciones como:

  • Medición de frecuencia cardíaca

  • Registro de sueño

  • Recuento de pasos y calorías

  • Seguimiento de ciclos menstruales

  • GPS para actividades al aire libre

  • Sincronización con tu celular para llamadas, mensajes, apps y recordatorios

Suena increíble. Pero es importante notar que muchas de estas funciones también están disponibles en apps gratuitas desde tu teléfono. Y si bien algunos relojes inteligentes ofrecen métricas detalladas, su precisión aún depende del modelo, del ajuste en tu muñeca e incluso de tus hábitos de uso.

Lo que sí puede aportar a tu bienestar

Para muchas personas, el smartwatch es una herramienta útil para iniciar o mantener hábitos de salud. Ver cuántos pasos llevas al día o tener un recordatorio para tomar agua puede motivarte, sobre todo si estás en una etapa de transición o cambio de rutina.

Además, para quienes practican deporte de forma constante, los relojes con GPS integrado y funciones avanzadas pueden hacer una diferencia real en el seguimiento de progresos.

¿Te ayuda o te estresa?

No todo es ganancia. Para algunas personas, el smartwatch puede convertirse en una fuente de ansiedad: notificaciones constantes, necesidad de “cerrar los círculos”, o sentir que todo el tiempo hay algo que optimizar. En lugar de ayudarte a reconectar con tu cuerpo, puede generar presión por controlar cada paso.

Un estudio publicado en JMIR mHealth and uHealth encontró que, aunque los relojes inteligentes pueden mejorar la actividad física, también generan sentimientos de culpa si los objetivos no se cumplen, lo que afecta la motivación a largo plazo.

Entonces… ¿lo necesitas?

La respuesta depende de ti. Si te emociona tener métricas y datos que te impulsen a moverte o cuidar mejor tu salud, un smartwatch puede ser una gran herramienta. Pero si estás bien con tu rutina y no sientes que lo necesitas, no hay razón para sumarte a la tendencia.

A veces lo más smart es escuchar tu cuerpo, no otro dispositivo.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.