Recientemente investigadores descubrieron que dentro del núcleo interior (por si no recuerdan lo que aprendieron en la escuela, esta el manto, el núcleo y el núcleo interior )de la Tierra, se encuentra otro núcleo. Este núcleo interior-interior revelado por una aplicación de tecnología para leer temblores es más pequeño que la luna y sus propiedades únicas podrían tener la clave de cómo evolucionó nuestro planeta.

Los investigadores usaron ondas sísmicas de temblores para escanear debajo de la superficie del planeta, muy parecido a la forma que doctores usan el ultrasonido. El equipo usó tecnología que junta datos de las ondas que resuena después del temblor.

La idea básica de usar este método lleva rato existiendo y gente lo ha usado para otros tipos de estudio cerca de la superficie. Pero para este estudio, los investigadores están más enfocados en ver hasta el centro de la Tierra.

Estas ondas sísmicas causadas por temblores descubrieron que existen sorprendentes y complejas estructuras y comportamientos dentro del núcleo interior de la Tierra.

Los investigadores descubrieron que el núcleo interior, una vez creído ser una bola sólida de hierro, tiene unas propiedades estructurales complejas. Descubrieron un núcleo distinto, alrededor de la mitad del diámetro del total del núcleo interior. Los critales de hierro en la capa exterior del núcleo interior están alineados del norte al sur. Sin embargo, en el núcleo interior-interior los cristales están alineados más o menos este a oeste.

No sólo se encuentran estos cristales de hierro dentro de este nuevo núcleo alineados de manera diferente, sino que también se comportan de manera diferente que los que se encuentran en el núcleo interior-externo. Esto significa que el núcleo interior-interior podría estar hecho de diferentes tipos de cristales e incluso están en un estado diferente.

El hecho de que existan estas dos regiones nos podría indicar cómo ha estado evolucionando el núcleo interior. Por ejemplo, a lo largo de la historia de la Tierra, el núcleo interior podría haber pasado por unos cambios drásticos en su régimen de deformación. Podría tener la clave de cómo ha evolucionado el planeta.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.