Los ex timbiriches consideran que haber lanzado primero un tema inédito los ayudó a situarse entre las nuevas generaciones.

En el escenario son uno solo, la amistad, las experiencias y el tiempo han hecho que Sasha, Benny y Erik logren una relación profesional y personal con un lenguaje que no necesita de palabras para interactuar en sus presentaciones.

Aunque no saben cuál será el siguiente paso de la complicidad que surgió con su disco Primera fila, tienen claro que les gusta estar juntos porque existe una química especial que los obligará a coincidir en el futuro.

“Lo importante entre nosotros no es la cantidad de años, sino la profundidad de lo que hemos alcanzado; claro que sabemos qué botones tocar y cuáles no, y eso pasa por una situación de ética amistosa.

“Hay artistas que se caen gordos, se nota, no te importa, suenan muy bien, te gustan las rolas, pero no se quieren y nosotros más bien nos queremos mucho y a veces cantamos juntos”, dijo Sasha.

Antes de cada show acostumbran calentar la voz juntos en la camioneta o llegando al camerino, independientemente de que lo hayan hecho por separado en sus cuartos de hotel.

Luego de hacer un repaso mental de las condiciones del escenario para visualizar su concierto, se toman de las manos junto con sus músicos, con la mano izquierda abajo y la derecha arriba; si la presentación es en el pueblo de alguno de los músicos, le piden que aviente energía con un apretón de manos que se envía con la derecha y se recibe con la izquierda.

“Entonces nos hacemos conscientes de que realmente somos uno, no hay nueve personas en el escenario, somos el mismo cuerpo; cada ritual es un poco diferente, es único, pero más o menos por ahí va y nos aplaudimos unos a otros nos damos energía y a rockear”, narró Sasha.

Su tiempo como solistas no hace difícil su tarea ahora que vuelven a ser un equipo porque, de acuerdo con Benny “una vez que aprendes a andar en bicicleta nunca se te olvida”, al grado en que ni siquiera las miradas son indispensables para comunicarse entre sí en el escenario.

“En un concierto de San Cristóbal de las Casas, el escenario tenía un espacio demasiado alto y hubo que poner una caja porque no había un escalón pensado para ese lugar, Benny se quería subir para recoger una guitarra y se deslizó sobre esa caja que era un falso escalón y casi se cae; un poco haberlo visto detrás y sentir que algo podía suceder me hizo acercarme por si derrapaba para cacharlo; yo creo que nos cachamos”, contó la intérprete.

De ser miembros de uno de los grupos infantiles más exitosos en los 80, conservan a sus fans contemporáneos y suman a nuevos seguidores que dejan clara la vigencia de su propuesta musical.

“Algo que nos situó dentro de estas nuevas generaciones es haber empezado con un tema inédito, podíamos haber salido con los clásicos pero ‘Cada beso’ nos pone en una propuesta nueva”, explicó Erik.

Y en referencia a un dicho del pintor Pablo Picasso, Sasha añadió: “No sé si exista una fórmula, pero si existe, que me pille trabajando, vigente, moviéndome”.

El Universal. 12 Abril 2013.