La actriz estadounidense Scarlett Johansson se encuentra en el centro de la polémica después de que decidiera abandonar su puesto de embajadora de la ONG Oxfam Internacional por “una diferencia fundamental de opinión” con dicha organización.
El desacuerdo entre Johansson y Oxfam surgió después de que la intérprete se negara a romper su acuerdo de patrocinio con la compañía israelí SodaStream, que posee una fábrica en la colonia Maale Adumim de Cisjordania, un territorio ocupado por Israel.
En las últimas semanas varias organizaciones propalestinas habían hecho campaña para presionar a Johansson para que dejara de aparecer en la publicidad de SodaStream – que fabrica máquinas para hacer bebidas gaseosas en casa- aunque finalmente la actriz optó por acabar con la relación que la ha unido a Oxfam desde 2005.
Los representantes de la intérprete de 29 años, protagonistas de películas como “Lost in Translation”, “Match Point” o “Her”, emitieron un comunicando en el que explican que Johansson se va “respetuosamente” de la ONG por “diferencias fundamentales de opinión”.
El entorno de la actriz había señalado hace unos días que esta nunca había pretendido convertirse en “la cara de ningún movimiento social o político” e insistía en su apoyo a “la cooperación económica e interacción social entre Israel y Palestina”.
Fue el comité nacional del movimiento palestino para el Boicot, la Desinversión y Sanciones (BDS, por sus siglas en inglés), que promueve el boicot económico contra Israel, el que inició hace unos días la campaña de presión para que Johansson se desvinculara de SodaStream.
Agradecimiento
Tras conocer la renuncia de Johansson, Oxfam colgó en su página web un comunicado en el que acepta la decisión de la actriz y se muestra agradecida “por sus muchas contribuciones”.
“Oxfam ha aceptado la decisión de Scarlett Johansson de dejar de ser embajadora internacional de la organización tras ocho años de colaboración. Desde Oxfam, le agradecemos enormemente toda su contribución”, señala la nota.
“Oxfam respeta la independencia de sus embajadores y embajadoras. Sin embargo, que la Sra. Johansson haya aceptado ser la imagen publicitaria de la empresa SodaStream resulta incompatible con su papel como embajadora internacional de Oxfam”.
“Desde Oxfam creemos que las empresas que, como SodaStream, operan desde asentamientos israelíes agravan la pobreza y las violaciones de los derechos de las comunidades palestinas a las que apoyamos a través de nuestro trabajo”, apunta la organización.
El director ejecutivo de Sodastream, Daniel Birnbaum, dijo en declaraciones a la agencia Reuters que la factoría que tienen en Cisjjordania es “un modelo para la paz”.
“Estamos muy orgullosos de estar aquí y contribuir a la coexistencia y, esperamos, la paz en esta región”, señaló Birnbaum.
Scarlett Johansson debía aparecer en la televisión estadounidense el próximo domingo en un anuincio de SodaStream durante la emisión de la Superbowl, aunque la cadena Fox decidió no emitir la publicidad por la referencia que se hace en ella a Coca Cola y Pepsi.