El gobierno colombiano y las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) concluyeron hoy aquí otro ciclo del diálogo de paz con discrepancias sobre el referendo constitucional promovido por el presidente Juan Manuel Santos.
Sin embargo, ambas partes aseguraron este miércoles que avanzan en la construcción de acuerdos sobre el tema de la participación política, segundo de la agenda, y pactaron reanudar las pláticas en La Habana el 9 de septiembre próximo.
En un comunicado conjunto, informaron que debatieron sobre «Derechos y garantías para el ejercicio de la oposición polítca» y, en particular, «para los nuevos movimientos que surjan luego de la firma del Acuerdo Final».
El 13 ciclo de conversaciones quedó sellado con la indicación de que ambas partes presentaron sus respectivas visiones sobre la «Implementación, verificación y refrendación» de los acuerdos, que corresponde al punto sexto de la Agenda.
También reiteraron el compromiso de abordar todos los puntos de la Agenda en la Mesa de La Habana, que inicio el 19 de noviembre del año pasado con Noruega y Cuba como países garantes y Chile y Venezuela como acompañantes.
En declaración por escrito, el jefe de la delegación gubernamental, Humberto de la Calle, defendió al proyecto del presidente Santos, presentado al Congreso, que busca levantar la limitación para que un eventual referendo pueda coincidir con las elecciones de 2014.
«El Gobierno presentó los argumentos que sustentan la validez de esta propuesta como un camino serio y responsable», dijo y reconoció que «por supuesto, esto requiere acuerdo en la Mesa de Conversaciones».
De la Calle afirmó que la reconciliación de la sociedad colombiana pasa por reconocer a todas las víctimas del conflicto, «sin distinguir entre unas y otras por razón del victimario».
Al respecto destacó el reconocimiento público de las FARC respecto a su responsabilidad frente a las víctimas, pero advirtió que aunque es «un paso importante, solo es un primero paso».
Por su parte, las FARC opinaron que un tratado de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla supera las posibilidades del referendo constitucional promovido por la administración de Juan Manuel Santos.
El líder del grupo negociador insurgente, Iván Márquez, afirmó que la fuerza política y jurídica de un acuerdo final debe comprometer a toda la institucionalidad del Estado de esa nación.
En conferencia de prensa, sostuvó que un referendo no alcanza para responder a las complejidades que damandan los caminos hacia una verdadera solución política del sangriento conflicto de medio siglo.
Dijo que un verdadero tratado de paz exige la más amplia y activa participación social y popular y aprovechó para insistir en que una Asamblea Nacional Constituyente sería el camino para alcanzar un verdadero tratado de paz, justo y vinculante.
El grupo armado ilegal reiteró su oferta de una tregua bilateral del fuego, (rechazada por el gobierno) la cual sería controlada por organismos latinoamericanos, en aras de «blindar el proceso de zozobras de la confrontación y de los intereses partidarios».
La víspera el presidente Santos dijo que espera «que la buena voluntad de las dos partes se mantenga y si se mantiene podemos acelerar la comprensión de esos puntos, y poder tener unos acuerdos finales antes de finalizar el año».
La Habana, 28 Ago (Notimex)