Seguro te ha pasado que estas cansado, tu trabajo no parece terminar y lo único en lo que puedes pensar es en lo desesperadamente que necesitas una siesta, ¿o quizá un café te caería mejor?
Según estudios recientes, ni una ni la otra, sino que las dos. Se supone que la siesta de café es mejor que cualquiera de los dos por separado. Te tomas un café rápidamente y luego duermes unos 20 minutos. Cuando despiertes te sentirás completamente recargado.
Parece una locura, pero tanto el café como las siestas tienen algo en común: ayudan a disminuir el efecto de la adenosina, la molécula en tu cerebro que se acumula a lo largo del día, haciendo que te de sueño. Las siestas limpian tu cerebro de esta molécula y la cafeína es tan similar a la adeonsina que puede tapar los receptores de adenosina, neutralizando su efecto.
Pero es importante que calcules el tiempo exactamente. La cafeína toma alrededor de 20 minutos en entrar a tu intestino delgado, entrar a tu torrente sanguíneo y llegar a tu cerebro. Para el mejor resultado, debes beber tu café rápidamente, ya sea un espresso o un shot de café. De esta manera aprovechas el máximo tiempo posible para la siesta antes de que la cafeína no te deje permanecer dormido.
Es importante también no dormir demasiado tiempo. Más de 20 minutos y corres el riesgo de entrar a un sueño más profundo, haciendo que te sientas cansando en lugar de refrescado cuando te despiertes.
Así que la próxima vez que ya no puedes con tu vida pero aún no ha pasado ni la mitad del día, tomate un café rápido, pon un alarma por 20 minutos y cierra los ojos un rato, te sentirás mejor que la primera vez que te despertaste en el día.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.