“Tomar agua hace bien”, “debes tomar al menos 8 vasos de agua al día”, “Lo ideal es que tu orina salga muy clara”, “Hay que tomar entre 3 y 4 litros de agua al día”… Seguramente todos hemos escuchado estas recomendaciones desde que tenemos memoria y las tomamos por “sanas”. Y no deja de ser cierto que el agua es muy necesaria para nuestro organismo, sin embargo, existen riesgos de forzar el consumo de agua más allá de lo razonable.
Por qué no debes forzarte a tomar 8 vasos de agua al día
1. Seguir a ciegas consejos en vez de escuchar a tu cuerpo:
Si tu cuerpo necesita agua, sentirás sed. Si te estás sintiendo mal por tomar tanta agua (extremidades frías, necesidad de orinar, sentir la cabeza pesada) es tu cuerpo diciéndote que debes parar. Y si tu cuerpo tiene hambre, es que necesita nutrición, no que lo engañes con agua.
2. Tus alimentos tienen agua:
3. Estás reemplazando bebidas nutritivas por agua:
Cuando tomas agua, lo único que ingieres es… agua. Pero si tomas leche fresca, te nutres de vitamina A, D, E y K, además de hidratarte. Lo mismo pasa con los caldos, tés, miel, etc. Hay muchos beneficios prebióticos, vitamínicos, de minerales que uno se puede perder cuando toma solo agua.
4. Estás descompensando tu carga de electrolitos:
El problema, cuando bebes agua en exceso, es que rompes ese balance. El agua pura es “hipotónica”, es decir, su baja concentración de electrolitos hace que las células absorban el líquido para intentar compensar la concentración de solutos. Cuando la proporción agua en relación con el sodio en la sangre es demasiado alta, se denomina Hyponatremia y provoca que las células absorban tanta agua que se hinchan, alterando sus funciones. En el cerebro, esto causa un aumento de la presión intracraneal, lo que provoca mucho de los síntomas de la hiperhidratación, como dolores de cabeza, náuseas, desorientación y en casos extremos llevar a la muerte.
Puede que hayas escuchado que si la orina sale casi incolora, es una buena señal y que el amarillo indica deshidratación. Pero no es así. La orina incolora es señal de exceso de agua. La orina debe ser de un amarillo claro.
5. La sobrehidratación es muy desagradable:
Los fluidos extra celulares pueden ser: concentrados de manera óptima, sub-optima o demasiado concentrados. Lo mismo en términos de hidratación: óptimamente hidratado, deshidratado o sobrehidratado.
Por ahí habrás oido decir la siguiente joya de sabiduría: “Cuando tienes sed, significa que ya estás deshidratado”. Pero sentir sed o hambre no es un problema, es parte normal de estar vivo. El cuerpo habla y te dice si comer o beber, no necesita que lo obliguen. Cuando sientes sed, estás deshidratado en apenas un 5%, muy lejos de ser un problema. Ese es el momento de tomar un buen vaso de agua u otro líquido.
La sobrehidtración es incluso más peligrosa que la deshidratación, porque no es tan fácil de detectar. Algunos indicios son: Temperatura corporal baja, querer ir al baño frecuentemente, ir en medio de la noche, dolores de cabeza, irritabilidad, falta de claridad mental, fatiga, movimientos musculares involuntarios, etc.
6. El exceso de agua inhibe la digestión:
Para digerir correctamente los alimentos, se necesitan niveles adecuados de los componentes delácido gástrico y también un metabolismo alto en funcionamiento. Si uno toma demasiada agua, pueden fallar todas esas cosas y dañar la digestión, perdiendo así los nutrientes de tu comida.
7. Exceso de agua afecta negativamente el azúcar en la sangre:
El agua ayuda a sacar el azúcar fuera de tu sistema. Para una persona que tiene hipoglicemia (bajos niveles de azúcar en la sangre) que toma mucha agua al día, lo único que logra es lavar el poco azúcar que tiene en la sangre. Pero si la persona tiene hiperglucemia (exceso de azúcar), tampoco va a resolver el problema tomando más agua.
8. Estás inhibiendo tu metabolismo:
Finalmente y un poco resumiendo todo lo anterior, la sobrehidratación inhibe el metabolismo, afectando a cada sistema fisiológicos hasta el nivel celular.
Cuando tus fluidos se saturan de agua, las células se inundan y no pueden producir energía de la manera que se supone que deben. Los electrolitos y glucosa son fuente de energía y cuando los inundamos, la producción de energía a nivel celular se ve afectada. Esto manda señales de alerta al cerebro, detonando una respuesta de stress.
Con información de EDCL