El poeta y soldado español Alonso de Ercilla, a quien se recuerda mañana que se cumplen 480 años de su nacimiento, pasó a la historia por su libro “La Araucana” en el que narra la conquista de Chile por los españoles y el cual es considerado por los expertos la primera gran epopeya de América.
Actualmente el poeta es evocado a través de sus frases relacionadas con las emociones del ser humano; ejemplo de ello son: “El miedo es natural en el prudente, y el saberlo vencer es ser valiente” y “No hay cosa más difícil, bien mirado, que conocer a un necio si es callado”.
Alonso de Ercilla vino al mundo el 7 de agosto de 1533 en Madrid, España, y creció en el seno de una familia noble, cuya madre era dama de la emperatriz.
De su vida y obra se conocen pocos datos, que permiten saber que sirvió de paje al príncipe Felipe de España, quien tiempo después se convirtió en el rey Felipe II (1527-1598), y con quien viajó a Flandes e Inglaterra.
Fue desde la capital británica que viajó, en 1555, hacia Chile, donde llegó al año siguiente, señala la biografía de Ercilla publicada en el portal en Internet “biografiasyvidas.com”.
Para 1557 García Hurtado de Mendoza, hijo del virrey Hurtado de Mendoza, fue nombrado gobernador de Chile y, sublevados los araucanos, Ercilla lo acompañó a controlar a los indígenas rebeldes.
Durante la experiencia militar participó en varias batallas y empezó a redactar “La Araucana”, poema épico que exalta al ejército triunfador y el cual compuesto por 37 cantos narra los hechos más importantes de la acción contra los araucanos, que duró un año y medio y que significaron para el poeta “los más floridos años de mi vida”.
En las colonias españolas en América, según información de su vida publicada en el sitio electrónico “epdlp.com”, tomó parte también de campañas en Perú y Panamá y posteriormente regresó a España, en 1563, donde publicó su obra magistral “La Araucana” en tres partes y que dedicó al rey Felipe II.
Los especialistas la consideran como la primera gran obra épica de la literatura americana, en la que también cuenta intrigas y pleitos entre los conquistadores.
Es en uno de los cantos Alonso de Ercilla narra el rompimiento de su relación con el gobernador Hurtado y su regreso por ello a España.
Muchas leyendas y verdades se han escrito de esta obra, por ejemplo de la misma epopeya que significó escribirla. También destacan que Ercilla haya resaltado el valor de los araucanos, sobre todo de sus caudillos, Lautaro y Caupolican, lo que era común en los relatos de conquista de la época, como se puede ver en México.
Era un recurso de los cronistas resaltar el valor, la fortaleza y el sacrificio del pueblo que se resistía a la conquista, pues de esta forma al consumarse el hecho quedaba más en alto la fuerza del conquistador.
De vuelta a territorio español, el poeta recibió varios encargos diplomáticos, fue nombrado gentilhombre de la corte y caballero de Santiago. En 1570 se casó con María de Bazán, quien recibió como dote más de ocho millones de maravedíes.
En Madrid vivió una vida sin preocupaciones materiales, situación que le permitió escribir la segunda y tercera partes de “La Araucana” y finalmente murió el 29 de noviembre de 1594.
México, 6 Ago. (Notimex).