Entusiasmados los seres humanos tanto hombres como mujeres, por vivir, luchar y lograr sus objetivos, entre ellos y de los más importantes la pareja -pero, ¿funciona la pareja actual?

En un aspecto generalizado y plural de la sociedad existe un descontento de lo que se cree que es la pareja, y el resultado que se obtiene. Sin importar de que país o clase social, la insatisfacción que ambos géneros resienten busca respuestas prácticas que den lugar a una convivencia que no sólo satisfaga sino potencie nuestro ser. Comúnmente las respuestas que existen a la luz, son simples y vanas, tienen como objetivo el bienestar de uno de los géneros por sobre el otro (con consejos superficiales que no llegan a mucho).

Actualmente se vive de una forma muy distinta que hace mil años, pero las fantasias y los deseos conforme a el amor, siguen sin encontrar fines exitosos -sin que exista una satisfacción-. La búsqueda es en escencia la misma. ¿Tantos siglos sin lograrlo y seguimos buscando lo mismo? Usamos la misma fórmula. ¿Nos hemos complicado la vida con una idea de el amor, que no es? ¿O simplemente somos incapaces de trascender nuestros miedos y dejar de buscar algo que no existe?

Preguntémonos de dónde viene la estructura en la que se conforma una pareja. ¿quién la invento y por qué? Si bien algo es obvio, es que forma parte sustancial de los parámetros de control de un antiguo régimen religioso.

Pero qué pasa si yo ya no soy religioso y busco trascender, sin obedecer reglas que hoy parecen obvias e innecesarias, ¿porque no hemos trascendido y cambiado en la pareja? ¿dónde esta la pluralidad, y la misma individualidad de ideas entre el hombre y la mujer?

Hemos arrastrado fórmulas que en sus inicios fueron claves para el control y la dominación, conformándose como leyes, que con el tiempo se hicieron costumbre, y después verdad.

Un reto importante y a su vez complejo, es enfrentamos como buscadores de la libertad, a un realismo de lo femenino y lo masculino. Es decir quitar el velo de lo que se debe de ser si uno es hombre, y como se debe de ser, si se es mujer. Romper el arquetipo que atañe al género, y vivir la intensidad de lo propio.

Curiosamente e inversamente en nuestra contra, lo que limitamos de nuestro género es casi todo lo más importante. Esclavizados en las leyes mentales que nosotros adoptamos y creemos son nuestras. Encerrados en un laberinto donde a la aceptacion y el olvido le llamamos vida.

Hoy las dependencias y las carencias predominan en las parejas. El deseo de desear y de tener, no cesa de cooptar el poder de nuestros pensamientos, quiero quiero quiero. Sin saciar el profundo vacío que existe.

¿Estamos preparados para cambiar la fórmula, y así dejar de ser posesivos y fantasiosamente dueños de todo y hasta de nuestros amantes? Tener la libertad de ser libre en escencia y en trascendencia, a una vida sin poseer.

Para poder lograr este reto fascinante y determinante, tenemos que entender que sucede en nuestra mente.

Fuente: (Avant Sex)