Todos aquellos padres y pedagogos que se reservan a enfrentar la universalidad de los videojuegos no pueden estar más injustificadas. Incluso el pionero del sector, el Tetris, tiene notables virtudes contra el estrés postraumático que son bien conocidas desde hace unos años.
Un grupo de neurólogos demuestra ahora que un videojuego expresamente diseñado como un modelo de multitasking (multitarea o la necesidad de atender a varias cosas y artefactos a la vez) es capaz de revertir los inevitables efectos de la edad sobre ese exigente control cognitivo. Señoras y señores de cierta edad, jueguen.
El videojuego se llama NeuroRacer y ha sido desarrollado y probado por Adam Gazzaley, Joaquín Anguera y sus colegas de los departamentos de neurología, fisiología, neurociencia integrativa y psiquiatría de la Universidad de California en San Francisco.
Está diseñado para plantear al usuario un desafío multitarea: hacer dos cosas completamente distintas a la vez, como conducir un coche virtual por una carretera sinuosa y pulsar un botón cuando surja un signo + en combinación con un círculo verde. Lo que mide no es tu capacidad para conducir o pulsar botones, sino el grado en que la simultaneidad de ambas cosas perjudica tu rendimiento en cualquiera de las dos, sea esta cual sea.
Los científicos probaron primero su videojuego en voluntarios de 20 a 80 años y demostraron de forma muy convincente que la capacidad cognitiva de atender a dos cosas a la vez declina con la edad de forma progresiva y constante: no se trata de un padecimiento de la ancianidad, sino de un deterioro lineal que empieza a notarse cuando uno pasa de los veinte a los treinta, y sigue a lo largo de los cuarenta, los cincuenta, los sesenta y todo lo demás.
Tras esos datos, los investigadores se centraron en un grupo de voluntarios más maduro (de 60 a 85 años) y han demostrado que jugar al NeuroRacer revierte casi por completo su pérdida de capacidad para enfrentarse a la multitarea, metáfora de la vida moderna. Los hicieron jugar un mes —tres veces por semana, una hora al día— y han visto que los adultos mayores entrenados así superan incluso a los jóvenes de 20 años que no habían tenido contacto con el videojuego.
Lo más importante es que esa ventaja se extiende incluso en tareas ajenas al entrenamiento inicial, como la habilidad general para mantener la atención y la capacidad de la memoria operativa. El juego, sostienen los autores, servirá no solo para diagnosticar deficiencias, sino también para potenciar las capacidades cognitivas en las personas mayores. Es decir, en las de más de 20 años.