No te la pasas el día entero moviéndote en la misma dirección, lo mismo debería de aplicar para cuando vas al gimnasio. Pero si tus rutinas de ejercicio se están empezando a sentir medio monótonos, no es necesario cambiarlas completamente, sólo tienes que agregar este paso, que se llama la vuelta al mundo.
Esto implica cambiar el ángulo de tu cuerpo conforme llevas a cabo una serie de ejercicios–como tablas, estocadas y sentadillas–para activar músculos más pequeños dentro de la fase de transición.
También mejorarás tu rango de movimiento y afinarás mejor tu cuerpo para las exigencias diarias (como levantar una maleta o deteniéndote a medio tropiezo) ya que estás variando más que los típicos movimientos hacia atrás y adelante.
Por ejemplo, empieza en una tabla alta, luego muévela a un lado, levantando un brazo y la pierna a la vez, para girar tu cuerpo hacia la izquierda, luego la derecha.
O puedes moverte dentro de una serie de estocadas echando tu pierna primero hacia delante, luego hacia un lado, luego hacia atrás y repites con la otra pierna.
También lo puedes hacer con sentadillas. Salta mirando hacia delante y has la sentadilla cuando aterrices, luego gira tu cuerpo hacia la derecha conforme vuelves a saltar, aterrizando hacia la derecha. Enfócate en la respiración y tu core.
Aquí es donde sacas la mayor parte de tu fuerza y coordinación. HAzlo lento para aprovechar tu fuerza y no el momentum.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.