Hay que tener mucho cuidado en cómo tratar a esos objetos porque el pasado siempre vuelve; y no sólo eso, sino que se asienta en el presente con una imagen renovada y al mismo nivel que otros más populares. Dispuesto a comerse el mundo. Hablamos de móviles, claro

Un teléfono que acaparó más miradas y deseos que la Selección Española en la final del Mundial y sin casi ningún esfuerzo, sólo por ser el inalámbrico de moda con un juego que, por suerte o desgracia, pasará a la historia: una serpiente que se hace cada más y más grande.

Tras más de diez años de retiro espiritual el Nokia 3310 vuelve con las pilas (o la batería) cargadas y será bastante difícil no volver a llamar la atención de sus usuarios en tiempos pasados, concretamente la de más de 126 millones de personas por todo el mundo presumieron de tener este modelo.

No se sabe si cuando Nokia lanzó al mercado en el año 2000 este modelo sabía la repercusión que iba a tener. 14 años han pasado y el ladrillo más famoso vuelve a caer sobre la mesa de cualquier nostálgico que desee hacerse con un antepasado tan bien conservado.

Tal es la devoción por ese terminal que hasta el presente más futuro de los smartphones ha querido rendirle homenaje y, por eso, la marca francesa de tecnología avanzada Lëkki, una institución en recrear aparatos legendarios, ha reinventado este Nokia y lo pone a disposición del cliente por 80 euros.

Una ganga si se tiene en cuenta que otra cosa no, pero en resistencia no le gana ningún otro móvil.

Cuatro colores son los que han caído rendidos a los encantos de sus formas: negro, blanco, azul y rosa. Para gustos, los colores.

Vuelve el único teléfono resistente a tiros, buceos a mil kilómetros de profundidad y a cualquier deseo de cambia de móvil.

La gota definitiva para colmar las ganas de correr a por uno será la posibilidad de volver a jugar al Snake, un juego que parecía más un vago recuerdo que una realidad.

(Esquire)