Sin duda alguna la educación escolar es parte fundamental del crecimiento profesional, posteriormente el trabajo nos brinda dinero para el sustento de nuestra necesidades como casa, comida, etc; pero no hay nada como viajar para hacerte una persona rica en conocimientos, experiencias y vivencias.
Hay muchas personas que aseguran que a los veinte es el mejor momento para emprender una aventura a lo desconocido; quienes viven los treinta, cuarenta, cincuenta, y hasta más te podrán decir incluso lo mismo pero respecto a su edad. Y es que no importa los años que tengas, nunca es tarde para conocer nuevos lugares.
Viajar es la mejor manera de hacerte más y más rico conforme pasa el tiempo.Y son los recuerdos los que nos ayudan a conservar esa única riqueza que podremos atesorar hasta nuestro último momento.
No hay nada como lograr expandir tu horizonte y eliminar las fronteras mentales al estar en contacto con otras culturas, tomar algo de ellas o hasta formar parte de ellas. Adentrarse en un sociedad constituida de manera diferente a la tuya supone un reto y enseñanza de por vida.
Hemos leído y escuchado muchas historias de parejas que dejan sus trabajos para realizar largas travesías, familias que recorren el mundo en bicicleta, chicos que junto a su mejor amigo o perro, se trasladan por sitios recónditos; y hasta matrimonios de la tercera edad que con tan sólo un camper vagan por nuevos países.
Pero si no crees estar listo para tomar ese plan que suena un tanto arriesgado, o el bolsillo no está para cubrir fuertes gastos, te decimos que no tienes que ser adinerado para llegar a ser personalmente millonario, basta con que visites algún un pueblo cercano, te organices para ir a caminar por una montaña, conozcas un lago, río o te escapes un fin de semana a la playa; verás que al concluir ese viaje por muy pequeño que sea tendrás una nueva experiencia que ningún billete podrá alcanzar a comprar jamás.