Los deportes son competitivos por naturaleza, al igual que los humanos. Así que no debería de sorprendernos que la pasión y la competitividad se nos vaya de las manos y se manifieste de la manera más primordial nuestras ganas de ganar: peleando.
No tienes que estar viendo las luchas o el box para que haya golpes en cualquier deporte. Con tanta testosterona fluyendo y las increíbles ganas de ganar que suelen tener los deportistas, es de esperarse que lo que comenzó como un inocente partido se vuelva violento el algún momento.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.