No sueles enterarte mucho sobre el potasio, pero deberías. Es importante para la fortaleza muscular, funcionamiento nervioso y un sistema cardiovascular saludable. Pero aunque consumas los 4,700 mg por día recomendados, aún podrías tener una deficiencia debido a que mientras más sodio consumas, más potasio secreta tu cuerpo. Así que si presentas alguno de estos síntomas, deberías de asegurarte que no sea una falta de potasio:

Siempre estas cansado

Todas las células de tu cuerpo requieren potasio, así que una falta de este puede resultar en una fatiga general. Así que si haces ejercicio regularmente y duermes suficiente, pero aún te falta energía, quizá necesites más potasio.

Tienes la presión alta

El potasio relaja los vasos sanguíneos. Sin suficiente, se contraen, lo cual causa que la presión sanguínea aumente mucho.

Comes principalmente de cajas y bolsas

Los alimentos procesados aseguran que tengas bajos niveles de potasio por todo el sodio que suelen contener. Deja la comida salda para ayudar a tu cuerpo a retener más del potasio que consumes.

Tus músculos se sienten débiles y acalambrados

El potasio ayuda con la contracción correcta de los músculos, así que cuando te falta, podrás experimentar dolores o espasmos.

Tu corazón no late como debe

Da miedo cuando tu corazón de repente se acelera o empieza a latir mucho más fuerte de un segundo para otro sin razón aparente. Muchas cosas pueden causar esto, pero una deficiencia de potasio esta en la lista.

Te sientes mareado

Una gran decadencia en tus niveles de potasio pueden alentar tu corazón suficiente como para hacerte sentir que te desmayarás. No es muy común y varios otros factores podrían causar esto, pero deberías de ver a tu doctor si sientes que te vas a desmayar de repente.

Te sientes estriñido

La falta de potasio disminuye la actividad del buen funcionamiento de tu cuerpo y tu digestión no es la excepción.

Cosquillas e insensibilidad misteriosos

El potasio mantiene tus nervios saludables, sin él, podrás sentir que se te duermes con frecuencia las extremidades.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.