Aquí vemos a un humilde mago en las calles haciendo una especie de truco (o broma, depende cómo quieras verlo) a las mujeres guapas que se encuentra. Empieza con lo que parece un simple e inocente truco de magia, pidiéndole a las chicas que escriban su nombre en una carta. Luego le pide que doble y meta la tarjeta en su boca y él hace lo mismo y le dice a la chica que el resto del truco depende del poder de un beso.
Al principio parece un engaño para conseguir que estas mujeres lo besen, pero después del beso descubren que la carta en su boca cambió y no entienden en qué momento sucedió.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.