Dentro de estas pequeñas máquinas existen colonias de bacterias hambrientas. El row-bot patalea sobre la superficie del agua, metiendo con un embudo en su interior agua y contaminantes en su estomago lleno de bacterias, recibiendo energía eléctrica a cambio. Es un limpiador auto-suficiente a pequeña escala, hecho para flotar en el mar en lo que come pequeñas cantidades de contaminación hasta que no quede nada.

La meta inicial de este proyecto fue crear una máquina que pudiera buscar «alimento» como un animal, para así no tener que depender del hombre para recargarse constantemente.

Para flotar, la máquina usa cuatro pequeños estabilizadores. Para desplazarse, tiene dos remos en medio de su cuerpo que tienen articulaciones de aletas flexibles para asegurar que se mueva de manera eficiente minimizando la resistencia.

Lo que le da su energía a esta máquina es una pila llena de bacterias. Dentro de esta pila, las bacterias digieren desechos orgánicos y producen dióxido de carbono como resultado, al igual que los protones y electrones que se necesitan para mantener el circuito eléctrico funcionando.

Con este diseño, el row-bot generó más energía de lo que necesita para mantenerse activo. Probablemente algún día en el futuro, para limpiar el agua sólo habrá que soltar varios de estos pequeños robots.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.