Existen dos tipos de persona en el mundo, aquellos que van al gimnasio tan pronto se despiertan y aquellos que no han perdido completamente la cabeza.
Admitelo, no es fácil ir al gimnasio todos los días, mucho menos antes de que tu cerebro esté completamente despierto. Quizá estés tratando de ser más saludable o te quieres preparar para un maratón. Probablemente simplemente sea tu propuesta de año nuevo.
Si hasta ahora me entiendes, te vas a identificar con esta lista de las etapas emocionales de ir al gimnasio inmediatamente después de despertar:
1. Oyes el alarma antes de que siquiera haya salido el sol
Ya sinceramente hablando, ¿qué tanto te importa tener un buen cuerpo?
2. Te emocionas en el camino
No hay nada como oír a tu grupo favorito para agarrar la mentalidad y motivarte.
3. Te intentas motivar al entrar al gimnasio
Ya te estas empezando a cansar con el calentamiento.
4. Oír que te digan que disfrutes tu ejercicio hoy por la recepcionista
5. Ves a alguien que se ve bien a esta hora
¿Cómo le hacen y cómo se atreven a presentarse así ante el desastre que eres tú por las mañanas?
6. Luchas contra las ganas de cambiarte de máquina cuando alguien usa el que esta a lado de ti
Esta vacío el gimnasio, ¿por qué la gente siente la necesidad de ponerse a lado de ti?
7. Te imaginas cómo te vas a ver cuando se noten los resultados
Todo valdrá la pena y tu ex se va a arrepentir.
8. Terminas tu cardio sin que los demás se den cuenta que te estas muriendo por dentro
Casual, estás sudando mucho al igual que los demás, controlas tu respiración para que no sepan los demás que eres débil.
9. Te motivas para terminar las últimas repeticiones en una máquina
La mayoría de esta motivación es saber que después de esto te espera un baño y desayuno.
10. Dejas el gimnasio sabiendo que has logrado algo antes de que la mayoría de la gente siquiera ha despertado
Publicado por Othón Vélez O’Brien.