Estos ruidos corporales son una parte normal del proceso fisiológico de tu cuerpo. Cuando no comemos por un rato, nuestros intestinos activan una función que elimina cualquier desecho que quede por ahí. Este movimiento rápido del intestino es conocido como el complejo de motor migratorio y es cómo tu cuerpo prepara tus intestinos para su siguiente almuerzo. Lo que hace esto es empujar aire y líquidos a través del intestino.
Básicamente es como el equivalente biológico de que si le jalaras al retrete y al igual que en el baño, no es silencioso.
Aunque hemos asociado este sonido con el hambre, no siempre es el caso. A veces lo escuchas después de comer cuando no sientes nada de hambre.
Afortunadamente, hay un arreglo fácil. Simplemente cómete algo para tener algo en tu panza. Hasta unas pocas mordidas de lo que sea remediarán este problema ruidoso. Con agua u otra clase de bebida ayuda, aunque no tan eficientemente.
Aunque esto no suele indicar ningún problema con tu organismo si tu tripa cruje crónicamente, vale la pena fijarte porque puede indicar otros problemas digestivos. Por ejemplo, si los ruidos constantes vienen junto con acidez, náusea, gas excesivo, estreñimiento o diarrea, y duran más de un par de semanas estos síntomas, deberías de checarte.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.