El ritmo y la distancia son herramientas importantes para correr, pero los mejores corredores no dependen sólo de estos datos, aprenden a sentir lo que corren. Aprender a sentir mientras corres te dará más información que no encontrarás en tu smartwatch, como el viento contra tu piel, el piso debajo de tus pies, tu corazón latiendo en tu pecho, etc.
Mientras más conectada estés con tu cuerpo, más fácil será enfocarte en tus metas para llegar a un nivel cómodo en tu práctica para correr. Fin y al cabo, las mejores corridas son las que ni te das cuenta de que estás corriendo, sólo disfrutas el momento.
Corre sin aparatos
Claro, los dispositivos como los smartwatches están muy de moda estos días para estar al tanto de tu progreso corriendo y demás, pero sin contexto estos datos no te sirven de nada.
Si bebiste la noche anterior, esto podría elevar tu ritmo cardiaco en reposo, lo cual hará que una corrida tranquila se sienta más dura. ¿Dormiste bien? Si no, te puedes cansar más rápido mientras corres, incluso al mismo ritmo que corres todos los días. ¿Estás estresada por el trabajo? Sentirás que estás haciendo más esfuerzo al correr.
Fin y al cabo, el dato más importante es cómo te sientes. Y es difícil darte cuenta de esto cuando te clavas en lo que dice tu smartwatch.
Aprende a medir tu nivel de esfuerzo
Percibir y medir el esfuerzo que llevas a cabo mientras corres sin dispositivos que te ayuden es muy importante. Sólo usas un sistema de medición del 1 al 10, donde 1 a 3 representa un nivel fácil de esfuerzo, 4 a 6 es más moderado, 7 a 9 es difícil y 10 es el máximo que aguantas.
Se trata de cómo te sientes, no del ritmo que te salen según las cifras en tu marcapasos en tu reloj.
Escucha de verdad a tu cuerpo
Deberías de poder platicar mientras estás corriendo, si te encuentras jadeando y respirando fuerte, quizá estés corriendo muy rápido para tu cuerpo.
Una vez encuentres este punto perfecto, puedes empezar a usar tu respiración para averiguar tu nivel de dificultad. Si puedes hablar por ratitos mientras corres, el esfuerzo es moderado, mientras que si estás respirando muy fuerte y apenas puedes decir algo, el esfuerzo es difícil.
Sólo deberías de estar respirando muy fuerte cuando estés llevando a cabo tu máximo esfuerzo al final de tu corrida. Si sientes que te falta el aire date una pausa y respira 10 veces profundamente y relájate, esto te ayudará a regresar al presente.
Puedes usar otras cosas además de tu respiración para medir estas cosas, como el sonido que hacen tus pies al tocar el piso. ¿Caen suavemente o fuerte en el piso? Si estás pisando muy duro, puede ser señal de que te estás cansando de más.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.