Pidiendo abrazos, actuando como un personaje de Star Trek, pidiendo el nombre y el número telefónico de la secretaria en la recepción – estas son unas de las formas más raras que algunas personas han usado para conseguir trabajo durante sus entrevistas.
Esto es según una encuesta que se le hizo a 2,200 gerentes de contratación sobre los mayores errores cometidos en entrevistas de trabajo.
Entre los errores más inolvidables hay uno que se gana el premio: un hombre que incendió el periódico de la persona que lo entrevistaba cuando le dijo “impresioname.”
También hubo una candidata que advirtió a la persona que la entrevistaba que “tomaba demasiado valium” y no pensó que su entrevista era indicativo de su personalidad.
El mensaje clave que salió de los resultados de la encuesta para los que buscan trabajo: la primera impresión es clave.
La mitad de los patrones saben dentro de los primeros 5 minutos de una entrevista si el candidato es bueno o malo para el puesto y casi 90% sabe dentro de los primeros 15 minutos.
“Los patrones quieren ver confianza y un interés genuino en el puesto. La entrevista no sólo es una oportunidad para demostrar tus habilidades, sino que también es para demostrar que eres la clase de persona con quien la gente quiere trabajar,” dice Rosemary Haefner, vicepresidenta de Recursos Humanos en CarrerBuilder.
“Repasar preguntas típicas de entrevista, investigando la empresa y practicando con algún conocido pueden ayudar a sentirte más preparado, te da más confianza y ayuda a calmar tus nervios,” dijo Haefner.
Los tres principales errores que comete la gente en entrevistas son:
- Parecer desintereado
- Vestirse inapropiadamente
- Comportarse de manera arrogante
Adicionalmente, CareerBuilder dice que no subestimes la importancia del lenguaje corporal.
“La comunicación involucra mucho más que puras palabras y olvidar eso durante una entrevista puede afectar tus oportunidades.”
No mantener el contacto visual y sonreír, junto con mala postura son los mayores errores que cometen los candidatos.
Piublicado por Othón Vélez O’Brien.