Mucha gente opta por nadar en aguas abiertas en lugar de albercas porque te pone en mayor contacto con la naturaleza, es más entretenido u ofrece un mayor reto. Hay varias razones para empezar a nadar en aguas salvajes, pero es bueno que sepas que hay unos requisitos para empezar: necesitas tener una buena habilidad para nadar, debes poderte adaptar y necesitas valor.
Debes de aprender a planear y a saber que no siempre se van a dar las cosas como las planeas. Aquí te damos unos consejos para empezar a nadar en aguas naturales:
Empieza en aguas menos profundas
Asegúrate de que el cuerpo de agua que elijas para nadar sea seguro, ya sea un lago, río, mar, charco o lo que sea.
La primera vez será una aventura, la temperatura, visibilidad y resistencia del agua será diferente que en una alberca. Recomendamos que uses un gorro de silicón para conservar algo de calor en tu cuerpo y usa unos gogles con una vista amplia.
Procura mantenerte en las partes poco profundas y mantente paralela a la orilla y procura mirar hacia adelante con frecuencia para asegurarte de que sigas derecho.
No aguantes la respiración
Tan pronto metas la cara al agua, exhala. Si te quedas sin aliento rápido mientras nadas en aguas naturales, probablemente no estés respirando lo suficiente.
Ajusta tu ritmo
Nadar en aguas turbulentas puede ser como correr durante un temblor, no sabes qué va a hacer exactamente el “suelo.” Debes prepararte para aceptar que muchas veces tus trazos con tus brazos no van a salir como quisiste.
Debes aceptar que de vez en cuando te vas a dar un tragote de agua, quizá la dificultad aumente o disminuya por ratos, pero es parte del encanto de nadar en aguas naturales, puede ser bien impredecible.
Deja de preocuparte por tiburones y demás
Es normal toparte con unas focas, o hasta delfines, nadando en aguas naturales (dependiendo de dónde estés).
La única manera de superar estos miedos es aceptando que vas a estar nadando con estas criaturas y saber que no te van a afectar.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.