Después de terminar una sesión de entrenamiento, puede que no tengas la motivación para hacer otra cosa. Pero siempre es bueno darte un poco de tiempo al final para enfriar al cuerpo y estirar esos músculos.

El enfriamiento es tan importante como el calentamiento cuando se trata del ejercicio, ambos te van a ayudar inmensamente para evitar lesiones.

Con estirarte 5 a 10 minutos después de cada sesión, permites a tu cuerpo a regresar lentamente a su estado de reposo natural. Esto te ayudará con la recuperación para que el día siguiente puedas volver al 100.

Cuando enfrías el cuerpo, se gentil y enfócate en los ejercicios apropiados para el tipo de entrenamiento que acabas de hacer. Por ejemplo, si corriste, trabaja en las piernas; si trabajaste el cuerpo superior, estira el pecho y los hombros.

Para ayudarte a decidir cuáles son los mejores estiramientos para ti, te hicimos una pequeña lista:

Gatos y vacas

Son buenos para la columna, el cuello, caderas, abdomen y espalda.

Empieza en cuatro, con las manos y las rodillas en el piso alineadas con tus hombros y cadera. Inhala cuando entras a la posición de “vaca”. Mira hacia arriba mientras arqueas la espalda. Mantén la posición por un momento o dos y exhala para entrar a la posición de gato, redondeando la espalda conforme empujas el piso con las manos.

Conforme empujas, deja que tus escápulas se alejen uno del otro mientras bajas la cabeza hacia el piso, con la mirada hacia el ombligo.

Haz esto tanto como sientas que necesitas.

Torsión sentada

Es bueno para la columna y la espalda baja.

Siéntate con las piernas enfrente de tu y cruza la pierna derecha sobre la izquierda y conforme hace eso, dobla la rodilla derecha de manera que ese pie pueda estar plano sobre el piso.

Siéntate con la espalda recta y pon tu mano derecha atrás de ti, inhala y levanta el brazo izquierdo, exhala y trae el brazo sobre tu muslo derecho. Mantén la posición por el tiempo que quieras y continua respirando.

Repite del otro lado.

Rotación de espalda baja

Es bueno para la espalda baja.

Acuéstate sobre tu espalda boca arriba. Sube las rodillas y empieza con los pies sobre el piso. Luego, manteniendo los hombros pegados al piso, gira las rodillas tanto puedas hacia la derecha sin que se levanten tu hombros.

Mantén la posición por unos momentos y luego cambia de lado. Muévete a tu ritmo y haz tantas repeticiones como quieras, sólo asegúrate de mantener ambos lados parejos.

Agarre de antebrazos por espalda

Es bueno para el pecho y los hombros.

Sentada o de pie en una posición cómoda, presiona los hombros hacia abajo y lejos de las orejas y aprieta las escápulas para que se junten. Echa los brazos hacia atrás y agarra tus antebrazos con la mano contraria por tu espalda (puede ser hasta los codos si eres flexible) y jala hacia abajo.

Mantén la posición por el tiempo que quieras.

Perro mirando hacia arriba

Es bueno para el pecho, los hombros y el abdomen.

Hay varias formas de entrar a este estiramiento. Empieza acostada boca abajo en el piso, poniendo las manos debajo de los hombros y empuja el piso, estirando los brazos y la espalda. Si tienes la flexibilidad, levanta la cadera con los empeines como apoyo.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.