Especialistas del IMSS advierten que la ansiedad, la depresión y la soledad están atrás de los comedores compulsivos.
La ansiedad, depresión y soledad están atrás de los comedores compulsivos, lo cual conduce a incrementar las estadísticas de sobrepeso, obesidad y trastornos alimenticios, advirtió la psiquiatra del IMSS en Jalisco, Liduvina González Herrera.
Por ello, exhortó a los padres de familia a prevenir estas anomalías en sus hijos a partir de la infancia, al promover una alimentación saludable y evitar enseñar a los niños a utilizar la comida como paliativo para calmar ansiedad y frustraciones.
“Muchos padres premian o castigan a sus hijos con la comida, algunas veces por culpa, por no pasar tiempo suficiente a su lado o porque caen a veces en el chantaje del niño que quiere comer nada más las cosas que a él le gustan”, apuntó a especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco.
Dijo que el abuso en la comida tiende a hacerse crónico, “de tal forma que la problemática se agudiza en la etapa de la adolescencia y cuando se es adulto el individuo puede convertirse en un comedor compulsivo o adicto a la comida”.
Precisó que el comedor compulsivo además de satisfacer su paladar y el aspecto fisiológico al comer vorazmente, también busca obtener ganancias secundarias como llenar vacíos emocionales, llamar la atención, sustituir la compañía y el afecto.
Así como disminuir su ansiedad y depresión aunque la culpa por la ganancia de peso que produce el abuso de la comida agudiza estos estados de ánimo.
Invitó a los padres de familia a “premiar” los logros de los hijos a través de mecanismos más saludables, incluso a través de una muestra de afecto, establecer menús de comida sana en el hogar, evitar excederse en la ingesta de comida y servir raciones moderadas.
Notimex, 17 Junio 2013.