Conforme envejecemos, sufrimos una declinación de bienestar físico y mental, lo cual puede ser agravado por condiciones como el alzheimers. Pero según un nuevo estudio, publicado por el diario de acceso abierto, Frontiers in Human Neuroscience, se ha mostrado que aquellos que participan rutinariamente en ejercicio físico pueden revertir las señales de envejecimiento en el cerebro, y bailando mostró tener el mayor impacto.
En el estudio se mostraron cómo dos tipos de ejercicio (danza y ejercicio de resistencia) mejoraban la parte del cerebro que se declina con la edad. En comparación, sólo la danza mostró cambios notables en cuanto a equilibrio mejorado.
Voluntarios mayores, con una edad promedio de 68, fueron reclutados para el estudio y asignados un curso de 18 meses de aprendizaje de rutinas de danza o de entrenamiento de resistencia y flexibilidad. Ambos grupos mostraron un mejoramiento en la región del hipocampo del cerebro. Esto es importante porque está parte del cerebro puede verse afectada por la edad y por condiciones como el alzheimer. También tiene un papel importante en el aprendizaje y en mantener el equilibrio.
Mientras que previos estudios han mostrado que el ejercicio puede combatir una declinación relacionada con la edad, no se sabe si algún tipo de ejercicio funciona mejor que otro. Para descubrir esta diferencia, las rutinas de los voluntarios variaron. Los programas de fitness tradicionales involucraba ejercicio repetitivos, pero el grupo de danza fueron retados con algo nuevo cada semana.
Esto es para mantenerlos en un proceso de aprendizaje constante. El mayor reto para ellos fue recordar las rutinas bajo presión de tiempo y sin pistas del instructor.
Estos retos cognitivos adicionales se cree que son responsables por la diferencia notable en el equilibrio mostrado por aquellos en el grupo de danza.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.