ejercicio lento

El nuevo ritmo del fitness: por qué el ejercicio lento está ganando popularidad

Menos intensidad, más conexión

En un mundo saturado de rutinas de alta intensidad y entrenamientos que prometen resultados en menos de 30 minutos, cada vez más personas están descubriendo los beneficios del ejercicio lento. No se trata solo de moverse despacio, sino de hacerlo con intención: prestar atención al cuerpo, respirar profundo y reconectar con el placer de moverse sin prisa.

Este enfoque, que mezcla elementos de disciplinas como el yoga, el pilates o incluso el entrenamiento de fuerza tradicional, pero realizado con mayor lentitud y conciencia, está cambiando la manera en que pensamos el ejercicio. En lugar de medir el éxito por la cantidad de calorías quemadas o el sudor derramado, lo importante aquí es cómo te sientes mientras te mueves.

Una tendencia con beneficios reales

Lejos de ser menos efectivo, el ejercicio lento puede tener grandes beneficios físicos y mentales. Según un artículo publicado en Harvard Health Publishing, ralentizar los movimientos permite una mejor activación muscular, reduce el riesgo de lesiones y mejora el equilibrio y la postura. Además, al enfocarte en la respiración y la alineación corporal, reduces los niveles de cortisol, la hormona del estrés, generando un efecto más duradero en el bienestar general.

También se ha visto que al movernos de forma más consciente, se fortalece la conexión mente-cuerpo, algo que muchas veces se pierde en entrenamientos acelerados y coreografiados. Este tipo de ejercicio también puede ser más sostenible a largo plazo, especialmente para quienes han tenido una relación complicada con el fitness o la exigencia estética.

La cultura del rendimiento está agotando nuestros cuerpos

El culto a la productividad también llegó al mundo del ejercicio. Entrenar se convirtió, para muchas, en otra forma de demostrar disciplina o lograr un “antes y después” en redes sociales. Pero esta presión por cumplir con estándares ajenos ha hecho que muchas mujeres se desconecten de su cuerpo, lo vivan con culpa o lo vean como un proyecto inconcluso.

Frente a eso, el ejercicio lento se presenta como una alternativa más amable, que te permite disfrutar el movimiento por lo que es, no por lo que promete. No es menos válido querer sudar, marcar músculos o correr un maratón. Pero si lo que necesitas es recuperar la calma y sentir que el ejercicio puede ser un espacio seguro, ir más lento puede ser el mejor punto de partida.

Publicado por Redacción.