Seguramente conoces a alguien que siempre huele mal, con suerte esa persona no eres tú. ¿Pero cómo lo sabrías?
Es difícil detectar tu propio olor corporal porque tu olfato está desensibilizado a tus aromas particulares.
Lo mismo sucede con tu hogar, oficina y otros espacios que frecuentas. Te acostumbras a sus olores. Sólo cuando sales y regresas después de un rato vuelves a detectar estos olores.
Ahora con el olor corporal, todos sudamos y eventualmente llegamos a oler, cada quien con sus variaciones de intensidad. Pero no por esto deberías de ser el apestoso de tu grupo de amigos. Hay maneras de detectar tu propio olor y aquí te las enseñamos:
Engaña tu sistema olfatorio
No es 100% seguro, pero puedes reiniciar tu sentido de olfato inhalando el olor de algo que huele marcadamente diferente a ti.
Intenta oliendo café o carbón por un minuto. Luego vuelve a oler tu axila o cualquier lugar que sospeches que huela mal.
Huele los lugares más acres
Tus axilas y tu entrepierna suelen ser los lugares más olorosos en tu cuerpo. Esto es debido a que estás zonas están llenas de glándulas apocrinas, que son las que producen el sudor oloroso después de que se combina con bacterias sobre tu piel.
Entrena tu nariz
Las mujeres suelen ser mejores que los hombres identificando olores corporales. No se la viven olfateando para averiguar si lo que huelen son ellas o no.
No es fácil, pero puedes entrenar tu nariz para identificar diferentes olores. Puedes mejorar tu olfato al poner atención a todas las aromas cuando estás cocinando o comprando un perfume o una loción.
Piensa en las notas y qué objetos pueden representar.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.