Todos nos hemos preguntado si podríamos ser más abiertos y generosos. Existe una delgada línea entre el amor propio y el egoísmo, pero volverte consciente de esto es el primer paso para arreglar las cosas si caes en la segunda categoría.
Aquí te platicamos un poco de las señales que te ayudarían a darte cuenta si eres egoísta.
Nunca ajustas tus planes para los demás
Nunca cambias tus planes para acoplarse a nadie más. Si una amiga te pide cambiar la fecha de algún plan para comer juntas, dices que estás muy ocupada. Básicamente, cualquier cosa que afecte tu rutina te molesta y no puedes ser flexible por ni una sola ocasión.
Te quejas todo el tiempo
Nada es suficientemente bueno para ti nunca. Te enorgullece tener estándares tan alto, pero esto va más allá que eso. Siempre te desilusionas con la gente, pero nunca explicas qué es lo que te molesta fuera de lo banal.
Te molestan tus amigos cuando no te entretienen de la manera que esperas y si una experiencia no es divertida como esperabas, se lo dices amargamente a todos para que sepan que no estás contenta.
Te tomas todo personalmente
Si alguien te cancela los planes, inmediatamente asumes que es porque no les caes bien. Cuando alguien te da una crítica constructiva, te sientes atacada. Si estás con alguien que está de mal humor, asumes que es porque no les gusta estar contigo.
Todo esto es indicativo de que piensas que todo gira alrededor de ti. Encuentras cada oportunidad para resentir las emociones de los demás en lugar de tratar de entender o tener un poco de simpatía.
Cancelas planes todo el tiempo
El segundo que pierdes interés en algún plan con un amigo o quien sea, cancelas, sin importar si lo haces al último minuto. Si siempre estás cancelando tus planes con otras personas, puede ser indicativo de que eres una persona egoísta.
Sientes que te están usando cuando te piden ayuda
No tienes que estar emocionada por tener que recoger a una amiga en el aeropuerto o pagar por su café cuando se le olvida la cartera, pero es parte de tener cualquier tipo de relación.
Si esperas que todos dejen todo para ayudarte a ti cuando necesitas algo, pero el segundo que te piden un favor te molesta, eres egoísta.
Nunca te disculpas
A nadie le gusta disculparse, pero es parte de mantener relaciones sanas. A veces tienes que aceptar que te equivocaste o lamentar herir a alguien más. Pero si te rehusas a disculparte, es señal de que no eres responsable de tus propias acciones y cómo afectan a los demás.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.