El yoga se ha vuelto más popular en años recientes en la sociedad occidental por sus beneficios físicos y mentales. Existen muchos estudios respaldando las creencias de los beneficios para el bienestar en general que brinda el yoga.

Además, es perfecto para estos días de encierro, especialmente si extrañas ir al gimnasio. Te sorprendería la energía que te puede dar para el cuerpo y la mente.

¿Pero por dónde empezar?

Pues, si nunca has hecho yoga antes, estas posturas sencillas son una buena forma para iniciarte en la práctica:

Pose de gato/vaca (chakravakasana)

Empieza con tus manos y rodillas en el piso, con las rodillas alineadas con la cadera y los hombros con las muñecas. Inhala y baja tu panza hacia el piso arqueando la espalda con la mirada hacia arriba. Haz una pausa y exhala.

Al exhalar redondea la espalda y empuja con los brazos el piso para levantar la espalda alta lo más que puedas con la barbilla pegada al pecho.

Repite esto entre 5 a 10 veces, permitiendo que tu respiración marque el paso de tu movimiento.

Perro mirando hacia abajo (adho mukha svanasana)

Empieza en la posición de cuatro puntos, como en la posición pasada. Recorre tus manos a la distancia de una mano hacia delante y levanta la cadera de modo que apoyes el peso en tus manos y tus pies con las rodillas despegadas del piso.

Empuja tus caderas hacia atrás y arriba, hacia el techo, enderezando las rodillas y permitiendo que tus talones se despeguen del piso si sientes tensión en la pantorrilla.

Estira tu espalda lo más recto posible, evita redondearla. Si los muslos te molestan o te cuesta trabajo evitar redondear la espalda, dobla ligeramente las rodillas.

Mantén está posición por 3 a 5 respiraciones.

Perro mirando hacia arriba (urdhva mukha svanasana)

Empieza acostada sobre tu panza, pon tus manos en el piso abajo de tus hombros y acerca tus codos a tu cuerpo. Apunta tus pies hacia atrás, permitiendo que tu peso esté sobre tus pies.

Levanta tu cuerpo estirando los brazos y apoyando todo tu peso sobre tus manos y el empeine de tus pies. Tus muslos no deberían de tocar el piso, pero si esto es muy difícil para ti, bájalos.

Baja los omoplatos y échalos hacia atrás, permitiendo que se estire tu pecho. Mantén por 3 a 5 respiraciones y lentamente regresa sobre tu panza.

Posición del barco (navasana)

Empieza sentada sobre el piso con las rodillas dobladas y los pies sobre el piso. Asegúrate de que tu espalda esté estirada y derecha sin redondear, especialmente por los lumbares.

Levanta los pies del piso, manteniendo las piernas alargadas y lejos de ti y mantén el equilibrio. Si esto te cuesta mucho trabajo o tienes algún dolor en las rodillas, puedes doblarlas de modo que tu espinilla quede paralelo al piso y tus rodillas cerca de tu pecho.

Mantén la posición por 3 a 5 respiraciones y suelta.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.