compañero

¡Adiós a tu compañero de entrenamiento! Necesitas deshacerte de él sin que se ponga incómodo en el gimnasio en los próximos meses.

Las relaciones buenas pueden ser complicadas, ¡incluso en el gimnasio! Aunque se asocia más con presumir músculos que con compartir emociones, tener un compañero de entrenamiento puede ser algo especial. No sólo tienes a un amigo con quien contar tus sensaciones físicas y mentales, sino que también tienes a alguien en tu vida que (idealmente) comparte tus mismas motivaciones, metas y ganas de dedicar tiempo a sudar juntos.

Algunas de las amistades más fuertes se forjan entrenando en pares. Después de todo, salvar a tu colega de que una barra le aplaste mientras haces de ángel guardián es una experiencia de confianza que une mucho.

Pero cuando la dinámica con tu compañero de entrenamiento no funciona, es hora de tomar cartas en el asunto. Tal vez no coinciden en los horarios de entrenamiento, tienen metas diferentes o necesitas a alguien que te anime a terminar un set duro. En estos casos, enfrentarse a la parte más difícil de una relación de estas se hace inevitable: ponerle fin.

Las rupturas nunca son agradables, sin importar el contexto. No hay manera perfecta de decirle a alguien que ya no quieres pasar tiempo con él. No te engañes pensando que podrás superar esta ruptura sin sentir nada, ni tú ni tu partner de entrenamiento. Al fin y al cabo, ambos son personas, aunque normalmente guarden sus sentimientos en el gym para concentrarse en el ejercicio. No puedes controlar cómo reaccionará tu futuro excompañero de gym cuando descubra que ya no quieres seguir siendo su apoyo.

Podrías tener una conversación perfecta, clara y llena de cariño con esta persona, y aun así, es posible que no lo tome muy bien. Eso puede generar un poco de incomodidad entre ambos.

No evites la conversación solo porque te sientes incómodo, ya sea que optes por desaparecer sin más o que decidas enfrentarlo todo. Si eliges desaparecer, ten por seguro que las cosas se pondrán incómodas si vuelves al gimnasio algún día. Por eso recomendamos tener una conversación al menos para “encontrar una salida digna” de la relación.

Pero ojo, si te quedas con tu compañero de entrenamiento sólo para evitar conflictos, podrías estar metiéndote en problemas más grandes. No le estás dando una oportunidad justa, porque ya no estás ahí de verdad, ya te fuiste. No avanzas en tu relación, solo sientes resentimiento. Y, créenos, tener resentimiento hacia la persona en la que debes confiar para que te salve de una levantada fallida no es la situación ideal.

Además, puede que empieces a evitar esos entrenamientos juntos y busques excusas para esquivarle. Es mejor ser honesto desde el principio y encontrar una forma amigable de poner fin a esta relación.

Recuerda, las rupturas son difíciles, pero no debes renunciar a tu bienestar y felicidad sólo para evitar el conflicto. ¡Tú mereces tener una experiencia de gimnasio que te haga sentir bien contigo misma y tus metas!

Publicado por Othón Vélez O’Brien.