Además de los efectos obvios en la piel del calor, el agua caliente también puede causar problemas debajo de la piel. Ya que incrementa la circulación, esto puede causar que las células inflamatorias exageren aún más la resequedad o la comezón de la piel que ya has estado combatiendo.
El calor extremo también causa una reducción en la presión sanguínea, lo cual puede resultar en mareos. Desmayarte en la regadera no suena como algo divertido.
El agua caliente también abre tus poros, así que si quieres sacarle provecho a eso, te aconsejamos que mantengas el agua caliente focalizado en tu cara.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.