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Tocar, mover, respirar: cómo regular emociones con el cuerpo

No todo se soluciona con pensar bonito o tener la mejor actitud. A veces, cuando las emociones nos sobrepasan, lo más útil no es racionalizar lo que sentimos, sino volver al cuerpo. Porque aunque no lo parezca, tu cuerpo tiene un lenguaje propio para regular emociones. Respirar, moverte o incluso tocar ciertas zonas de tu cuerpo puede ser más poderoso de lo que imaginas.

Tu cuerpo también siente por ti

Cuando hablamos de emociones, solemos enfocarnos en la mente. Pero tu sistema nervioso también juega un papel central. De hecho, las emociones suelen manifestarse primero en el cuerpo: nudos en el estómago, tensión en los hombros, mandíbula apretada, palpitaciones. Esto tiene que ver con cómo el sistema nervioso autónomo —en especial el nervio vago— reacciona ante el estrés y las emociones fuertes.

El nervio vago conecta el cerebro con varios órganos, incluyendo el corazón, los pulmones y el intestino. Activarlo de forma consciente ayuda a que el cuerpo entre en un estado de calma, lo que a su vez permite que las emociones se regulen más fácilmente.

Una forma simple de activarlo: exhalaciones largas, especialmente si son acompañadas por sonidos como un suspiro o un “hummmm”.

Respirar: el ancla más accesible

Respirar profundo no es placebo: es neurociencia. Las técnicas de respiración controlada —como la respiración diafragmática o la box breathing— ayudan a reducir la actividad del sistema simpático (el que se activa con el estrés) y favorecen el sistema parasimpático (el que te calma).

Un ejercicio sencillo:

Inhala 4 segundos → retén 4 segundos → exhala 4 segundos → retén 4 segundos. Repite 4 veces.

Puedes explorar otras prácticas como el breathwork o incluso el simple hecho de exhalar el doble de lo que inhalas.

Movimiento: emociones en tránsito

Emoción viene de emovere, que significa “poner en movimiento”. El cuerpo no solo guarda emociones, también las transforma cuando lo mueves. Caminar, bailar, estirarte, sacudir las manos o incluso hacer un shake corporal de 30 segundos pueden ayudarte a soltar tensión emocional acumulada.

El ejercicio intuitivo —ese que haces no por estética sino por cómo te hace sentir— es una gran herramienta de autorregulación. Ya sea yoga, caminar con música o moverte en casa, lo importante es permitir que la energía fluya.

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Tocar: calmar desde la piel

Tu piel es un órgano sensorial con impacto emocional. Estudios han demostrado que el contacto físico puede reducir los niveles de cortisol, aumentar la oxitocina y mejorar el bienestar general (Frontiers in Psychology). Si no tienes a alguien cerca para un abrazo, puedes autocalmarte con lo que se llama “auto-toque compasivo”:

  • Coloca una mano en el pecho y otra en el abdomen

  • Acaricia suavemente tus brazos

  • Presiona tus palmas juntas como en posición de oración

Estos gestos simples pueden enviar señales de seguridad a tu sistema nervioso.

Escuchar al cuerpo también es autocuidado

Regular emociones no siempre requiere palabras. A veces es tan simple como hacer una pausa, respirar, moverte o tocarte con cariño. Porque el cuerpo recuerda, reacciona y, si lo dejas, también te ayuda a sanar.

Publicado por Redacción.