chile

El chile y el wasabi, así como el mentol, contienen compuestos moleculares que estimulan los receptores de dolor en nuestras células nerviosas y nos hacen creer que nuestras bocas estuvieran en llamas.

En el chile, la capsaicina crea una sensación caliente, mientras que en el wasabi, la mostaza o el mentol, el isotiocianato produce una sensación fría. Estas plantas desarrollaron estas moléculas para disuadir a los animales que se los quisieran comer, lamentablemente para ellas, esto no funciona con nosotros. ¿Pero por qué buscamos estas sensaciones que nos adormecen o queman la lengua hasta sudar?

Una afirmación común es que los buscadores de emociones sensoriales es que el picante realza el sabor de la comida. Al elevar la sensación, sientes como si estuvieras elevando el gusto al incorporar al sabor otras sensaciones como el tacto al paladar.

Te droga

Cuando nuestro cerebro registra mensajes de ardor o dolor, responde liberando endorfinas, los analgésicos naturales del cuerpo. Estas estimulan al cerebro como opiáceos y actúan como analgésico y sedante, disminuyendo nuestra percepción del dolor, haciéndonos sentir acelerados y eufóricos.

Existe una fina línea entre el dolor y el placer

Siempre se ha asumido erróneamente que el dolor y el placer eran sensaciones opuestas liberadas por distintas vías en el sistema nervioso. Sin embargo, según nuevos estudios, tienen mucho en común y hay una continuidad entre el dolor y el placer.

En varias estructuras cerebrales, las neuronas que responden al dolor y al placer se encuentran muy juntas, formando gradientes de positivo a negativo. Las sensaciones dolorosas causadas por el chile y el wasabi resultan en la liberación de dopamina extra en el cerebro. Básicamente estas zonas determinan el placer, la motivación y el deseo y están relacionadas con las adicciones.

Disfrutas del masoquismo benigno

Los humanos hemos podido convertir una experiencia desagradable en algo placentero y emocionante. Comer chile no es el único ejemplo de esto. La gente ha aprendido a disfrutar del miedo y la emoción producida por cosas como las montañas rusas, tirarse de paracaídas o películas de terror. También hay gente que disfruta del calor del sol directamente sobre sus cuerpos en un día caluroso o el choque de saltar en agua helada.

El psicólogo cultural, Dr. Rozin, escribe que estas actividades se llaman “masoquismo benigno” porque es doloroso sin ser una grave amenaza.

Físicamente todos estamos hechos para aguantar el mismo ardor del chile, lo que varía es la exposición y el acondicionamiento. Así que si lo que quieres es poder disfrutar del chile sin llorar, sólo con la práctica lo lograrás.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.