Hace tres años, Agnieszka Culczynska comenzó con la fotografía como una manera de capturar el movimiento lleno de gracia de los caballos. Cuando se embarazó con su primer hijo, Igor, descubrió que ya no podía montar caballo, así que empezó a fotografiar a los caballos.
Ahora con dos años, Igor es el modelo favorito de Agnieszka junto con sus tres perros, Vega, Pikey y Canon. Después de que naciera su hijo, se mudaron de la ciudad de Warsaw a la zona rural. Actualmente viven en Kampinos.
Viendo las fotos de Agnieszka uno no puede evitar sonreír ante la bella amistad entre Igor y sus perros adoptados. Aunque en muchas fotos le da la espalda a la cámara, aún puedes sentir la calidez que Igor le muestra a sus mascotas.
“Viendo la relación entre mis hijos y sus perros, me doy cuenta de que ningún juguete interactivo podría reemplazar a esos perros. Son un buen equipo, dando el uno a el otro una sensación de seguridad emocional y un océano de amor incondicional. Uno de mis perros es discapacitado, sólo tiene tres piernas, así que le enseñó a mi hijo sobre la tolerancia y la empatía desde sus primeros años.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.