Escrito e ilustrado por Franco Mattiello
Esta vez quiero hablar de una expresión popular que es todavía vigente. Ese momento crucial en el cine cuando algo falla en la proyección y alguien grita ¡Cácaro! para hacerle saber al encargado que debe dar solución al tema.
Muchos hemos escuchado alguna vez esta expresión y muchos otros la hemos pronunciado, sin embargo ¿cuántos realmente saben de dónde viene?
Para su deleite les explicaré. Es en realidad una historia muy sencilla, a principios del siglo pasado existió el Cine Esperanza, en Coyoacán muy cerca de la Plaza Santa Catarina en la ciudad de México, donde el encargado de la proyección tenía marcas en el rostro causadas por el acné, como ya sabrán él era conocido como “Cacarizo” y casi de cariño era también nombrado “Cácaro” así que cada vez que algo fallaba (cosa común en aquellos tiempos debido a las características de la cinta fílmica y los proyectores) o en su defecto cuando el encargado se quedaba dormido a media película y no cambiaba la cinta, entonces el dueño gritaba: ¡Cácaro! para despertarlo o hacerlo reaccionar.
A partir de ahí la gente que acudía a ese cine comenzó a hacer lo mismo en situaciones de fallas, gritaban “Cácaro” para llamar su atención, es de ahi que se acostumbra llamarle de esa forma al responsable de la proyección de la cinta fílmica en un cine.
Asi que la próxima vez que quieras gritar ¡Cácaro! por que se detuvo la película en la parte más interesante, ya sabrás de donde vino esa expresión.