Los efectos a corto plazo de una infección en el estómago son horribles: calambres, vómito, diarrea y la incapacidad de alejarte del escusado. Pero los efectos de largo plazo pueden ser mucho más severos.

Esto pasa porque cuando te da diarrea por una infección en el sistema digestivo superior–como en tu esófago, estómago o la primera sección del intestino–tu cuerpo produce una proteína conocida como alfa-sinucleina para ayudar con tu respuesta inmunológica para combatir la infección.

Tras tomar biopsias de niños con infecciones digestivos y de pacientes con trasplantes intestinales infectados con un norovirus que causa diarrea, investigadores descubrieron que mostraron mayor presencia de esta proteína. Esta proteína también está presente en condiciones como el parkinson, una enfermedad neurodegenerativa que afecta tu movimiento. No puede ser curado, aunque se pueden tratar sus síntomas.

En la mayoría de los casos, este aumento de alfa-sinucleina es bueno. Cuando la proteína es liberada en cantidades normales tras un caso de diarrea, atrae glóbulos blancos a la zona afectada para combatir la infección. La proteína producida por una célula nerviosa puede distribuirla a otros, permitiendo que proteja el sistema nervioso al igual que el digestivo.

Esta proteína también puede usar células nerviosas que conectan el sistema digestivo con el tronco encefálico como tránsito, brindándole acceso al cerebro.

Per demasiada de esta proteína–ya sea con varios casos de diarrea o infecciones digestivos crónicos–puede volverse tóxico. Puede abrumar el sistema responsable de eliminarlo, dañando nervios y resultando en inflamación. La acumulación de esta proteína puede resultar en alguna de estas enfermedades neurodegenerativas.

Esto tiene sentido ya que muchos pacientes con parkinson reportan estreñimiento crónico, lo cual puede resultar del daño nervioso en el sistema digestivo, hasta décadas antes de que los síntomas del parkinson aparecen.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.