La sabiduría convencional nos dice que no nos movemos suficiente, ¿pero podrá ser que nos sentamos demasiado? ¿La falta de tiempo que pasamos siendo activos o el tiempo excesivo que pasamos inactivos será el problema? Probablemente es una combinación de ambas, una investigación nos explica si deberíamos estarnos sentando menos y manteniéndonos más activos.

La investigación dice que aquellos que se sientan más de cuatro horas al día tienen corren mayor riesgo de contraer cáncer, diabetes y enfermedades cardiacas. Pero no es sólo con cuatro horas, mientras mayor sea el tiempo que permanecemos sentados, mayor es el riesgo que corremos.

Si tienes más de 60 años de edad, cada hora adicional a las 4 horas duplica las probabilidades de volverse discapacitado. Ejercicio adicional no tiene gran impacto con el riesgo de volverse discapacitado. Esto sugiere que no es cuestión de estar activo o inactivo, sino más bien se trata de el tiempo total que pasamos sentados.

Una persona que permanece sentado todo el día suele tener malos hábitos alimenticios y malos estilos de vida. Sin embargo, el estudio muestra que el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas permanece alto a sin importar el índice de masa corporal, sino que la práctica de permanecer sentado.

Ya sabemos que mucho ejercicio no compensa por una mala dieta y también parece que no importa la cantidad de ejercicio que hagas si estás sentado gran parte del día. La clave es evitar periodos crónicos de permanecer sentado. Los investigadores no sólo descubrieron que hubo una mejora del 39% en la glucosa y una disminución del 26% de insulina gracias a descansos de actividad repartidos a lo largo del día, sino que también descubrieron que aquellos que se paraban con regularidad y se movían con frecuencia tenían un mejor bienestar que aquellos que hacían ejercicio 30 minutos del día.

Afortunadamente, todos podemos hacer el esfuerzo de incrementar nuestro tiempo de pie. Esto podría ser tan fácil como caminar mientras hablas por teléfono, subir por las escaleras, estacionarse más lejos de la entrada apropósito, ir con tus compañeros de trabajo para comunicarte con ellos en lugar de enviarles correos o dándose una vuelta por la oficina cada vez en cuando.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.