saunas

¿Has notado que los saunas están en todas partes últimamente? ¡Y no es de sorprenderse! Además de ser una experiencia relajante y social, los estudios recientes han revelado que el uso frecuente del sauna tiene múltiples beneficios para nuestra salud física y mental, ¡incluso puede prevenir la demencia!

Los estudios realizados en Finlandia, donde el sauna es una parte fundamental de la cultura del bienestar, nos han sorprendido con sus hallazgos fascinantes. Resulta que las personas que utilizan el sauna de cuatro a siete veces a la semana reducen significativamente el riesgo de desarrollar Alzheimer u otras formas de demencia en comparación con aquellos que solo lo usan una vez por semana.

Ahora, te preguntarás, ¿cómo es que el calor del sauna puede beneficiar nuestro cerebro? Resulta que el calor y el sudor activan procesos similares a los que experimentamos durante el ejercicio físico.

El sauna ayuda a reducir la inflamación, promueve la neuroplasticidad y facilita el correcto plegamiento de las proteínas en el cerebro, brindándole una posible protección contra la demencia.

Además, ofrece beneficios similares al ejercicio cardiovascular, mejorando el funcionamiento de nuestras arterias, la presión arterial y el flujo de nutrientes a nuestras células, a la vez que elimina toxinas y desechos.

Y no olvidemos lo disfrutable y socialmente agradable que es la experiencia del sauna. No solo contribuye a nuestro bienestar mental, sino que también puede contrarrestar la depresión y el aislamiento social, ambos factores de riesgo para la demencia.

Aunque los saunas no son una solución mágica para prevenir la demencia, definitivamente pueden formar parte de un enfoque holístico para mejorar la salud general de nuestro cerebro. Recuerda mantener otros hábitos saludables, como hacer ejercicio regularmente y socializar.

Si te encantan los saunas y te hacen sentir bien, ¡agregarlos a tu rutina puede ser una gran decisión! Puedes comenzar con sesiones cortas y escuchar a tu cuerpo. Dedica de 5 a 20 minutos en el sauna a la vez, asegurándote de que haya algo de ventilación. Para potenciar aún más los beneficios, considera alternar las sesiones de sauna con momentos de exposición al frío, como disfrutar del viento fresco del invierno o darte un baño de hielo.

Al final del día, si te gustan los saunas y te relajan, incorporarlos a tu rutina puede ser una decisión positiva para tu bienestar. Ya sea que visites un sauna o incluso decidas instalar uno en tu propio hogar, prioriza tu bienestar y haz que forme parte de tu estilo de vida.

¡Esperamo que disfrutes al máximo de tus momentos en el sauna! Si tienes más preguntas o necesitas más información, no dudes en consultarme.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.