Cánticos diciendo «Vin-cen-zo» se oyeron en la avenida famosa del Sicilio, quien dominó la carrera casi desde el principio hace tres semanas y en domingo se volvió el primer italiano e ganar la carrera más grade del ciclismo desde Marco Pantani en 1998.
Nibali ganó con una ventaja de más de siete minutos.
«Ahora que me encuentro en el escalón más alto el el podio de Champs-Elysees, es más hermoso de lo que hubiera imaginado,» dice Nibali con el Arco del Triunfo atrás de él. «Nunca me había sentido tan conmovido en mi vida.»
Como si escalar montañas, esquivar piedras, chocar y empaparse con la lluvia no fuera suficiente, Nibali se enfrenta con el escrutinio que conlleva llevar la jersey dorada, que marca el ciclista en primer lugar, en un deporte que ha sido dañado por las drogas.
Nibali, quien se considera un representante del anti-dopaje dice que su éxito fue gracias a su enfoque en la carrera y sus ataques oportunos durante la temporada donde consiguió más y más segundos a su favor. No hubo un desempeño particularmente llamativo, lo cual indica que no hubo dopaje.
El ciclista de Astana es el sexto en ganar las tres grandes giras (Francia, Italia y España).
Nibali ganó cuatro etapas de la gira, un logro que no ha sido igualado desde que Lance Armstrong ganó hace cinco décadas. El ciclista italiano usó el jersey dorado en todas menos dos etapas de la carrera.
Nibali dice que la distribución de las rutas de la gira parecían estar hechos a la medida para él. También notó que los choques son parte de la carrera y él ha sido víctima de tal en el pasado.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.