¿Nunca te has despertado después de una noche de bebidas con un hambre descomunal? Dolor de cabeza, náusea y un malestar en general son las respuestas más comunes de tu cuerpo después de consumir demasiado alcohol, pero hay algunas ocasiones en las que te levantas con mucha mucha hambre.
No es tu imaginación, el hambre de la cruda es algo real y la causa es algo muy simple, en realidad. El metabolismo del alcohol puede alterar el balance del azúcar en tu sangre al agotar tus almacenes de glucógeno (la fuente de energía de preferencia de tu cuerpo) o carbohidratos.
Así que después de agotar todo tu glucógeno para metabolizar todo el alcohol, necesitarás más, como resultado, sientes mucha hambre.
Ya que el glucógeno proviene de carbohidratos, podrías sentir ciertos antojos por cosas como pan o azúcar. Quizá quieras cosas más saladas también debido a los efectos deshidratantes del alcohol.
Suma todo esto y el antojo de devorar un desayuno enorme con mucho tocino deja de parecer extraño.
Ni tienes que beber tanto para despertar con mucha hambre, se ha visto que con tan solo tres bebidas basta. Pero en realidad, varía de persona a persona. Si tienes poco aguante por el alcohol, una bebida fuerte podría ser suficiente para despertarte con hambre por la mañana.
Si tienes mucha tolerancia, podría tomar más de tres bebidas para causarte esto.
De cualquier modo, después de pasarte de bebidas, llenarte de más calorías probablemente no sea la mejor idea. ¿Así que cómo controlar el enorme apetito de la cruda?
Pues, bebiendo menos de entrada. Mientras menos alcohol consumes, menos probable sea que acabes con un hambre inducido por baja azúcar en la sangre.
Beber agua junto con tus bebidas también puede ayudar, evitarás la deshidratación. También intenta comiendo algo con proteína y grasas saludables.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.