La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) presentó sus propuestas hacia la reforma hacendaria que será presentada a más tardar el próximo 8 de septiembre, donde insiste en la necesidad de aplicar 5.0 por ciento del IVA a alimentos y medicinas, para aumentarlo de manera gradual.

En conferencia de prensa, el presidente del organismo, Juan Pablo Castañón, sostuvo que una verdadera reforma hacendaria debe abordar también el tema de contar con un sólo Impuesto Sobre la Renta (ISR).

Aseguró que iniciar con un Impuesto al Valor Agregado (IVA) de 5.0 por ciento en alimentos y medicinas es justo y moderado, siempre y cuando el ingreso recaudado por este concepto sea dirigido a un Sistema Nacional de Beneficiarios de programas de apoyo social.

Dicho sistema, opinó, se construiría creando un padrón único de beneficiarios de los tres órdenes de gobierno, mediante una Cédula de Identidad Ciudadana desde el nacimiento, que sustituya el resto de las identificaciones como la del Instituto Federal Electoral (IFE), Cartilla Militar, licencia de manejo, entre otros.

En opinión del dirigente empresarial, el incremento del IVA es una necesidad para el país y se beneficiaría a la población de menores ingresos, por la vía de un impuesto que nadie puede eludir y que permitiría mayores ingresos para la inversión social.

“El gobierno debe aumentar la tasa del IVA en alimentos y medicinas en un esquema progresivo y gradual de acuerdo con la capacidad y crecimiento de la economía, conforme se creen los empleos necesarios”, pero sobre todo, “definiendo metas concretas de reducción de pobreza y desigualdad social”, expuso.

Al referir que muchas de las propuestas para la reforma hacendaria tendrán que ver con el resultado de una eventual reforma energética, Juan Pablo Castañón enfatizó que con una buena reforma energética se estaría en posibilidad de elevar el IVA a 5.0 por ciento inicial, aunque es un tema que se tendrá que discutir en su momento.

Respecto al ISR, mencionó que es “urgente” contar con un solo impuesto directo que simplifique el cumplimiento de las obligaciones, acote los tratamientos preferenciales, incentive la formación de capital mediante estímulos fiscales y reconozca deducciones fundamentales que ayuden a generar la riqueza gravada.

El líder del sector patronal sostuvo que los contribuyentes deben tener opciones para decidir en qué régimen fiscal se ubicarán, y propuso que el primero sería un ISR mínimo de control, desapareciendo el Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU).

Subrayó que un segundo esquema sería un impuesto alternativo con base en flujos de efectivo, para las micro y pequeñas empresas, y un tercero, un impuesto sobre el ingreso cobrado, estableciendo una tasa de 1.0 por ciento sobre los ingresos cobrados, para contribuyentes con ingresos anuales de hasta 20 millones de pesos.

“Los empresarios mexicanos pedimos al gobierno que presente una reforma hacendaria que no grave más a los mismos y que promueva la formalidad para que seamos cada vez más los que contribuyamos. Una reforma hacendaria que promueva el gasto público productivo en infraestructura, innovación y tecnología”, concluyó.

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