En el estudio, que involucró a 1,077 hombres activos quienes corren, caminan, salen en bicicleta, nadan o levantan pesas, aquellos que dijeron que entrenan en las intensidades más bajas tenían una probabilidad de 7 veces mayor para reportar un líbido normal o muy activo que aquellos que decían entrenar con intensidades más altas.
Ademas, aquellos con la mayor duración de entrenamiento crónico (el total de horas por semana que entrenan, multiplicado por los años que lo llevan haciendo) tuvieron cuatro veces mayor posibilidad a reportar un líbido normal o alto que aquellos que entrenaron menos.
Esto muestra que aquellos que entrenan más duro por más tiempo tenían mayor probabilidad de reportar un líbido poco activo.
Entrenamiento intenso podría causar una condición que ocurre cuando la testosterona y la hormona luteinizante son reprimidos. También es posible que los volúmenes de ejercicio intensivo aumentados pueden resultar en fatiga mental y física, lo cual puede eliminar tu deseo y motivación por sexo.
Aún así, es importante notar que el estudio se llevó a cabo en hombres que ya hacían ejercicio, investigaciones previas han demostrado que aumentar la actividad física puede aumentar los niveles de testosterona en hombres sedentarios.
El problema entonces parece que se encuentra en hacer ejercicio muy fuerte por demasiado tiempo. Por ejemplo, 15% de aquellos en el estudio quienes entrenaban más de 10 horas a la semana tenían un líbido bajo comparado con 2% de aquellos que hacían ejercicio por cuatro a seis horas.
En conclusión: si notas que tus ganas de sexo han disminuido considerablemente, avisale a tu doctor y procura informarle de tu rutina de ejercicio.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.