Si tomas suplementos o te ha interesado, seguramente habrás oído hablar sobre la creatina.

La creatina se ha comprobado que puede mejorar tu fuerza, resultando en un mayor crecimiento muscular.

Si tomas suplementos de creatina de manera correcta, es una opción segura y efectiva.

¿Qué es la creatina?

Es un derivado de un aminoácido endógeno, producido por animales vertebrados y ocurre en las células musculares.

Tu cuerpo lo produce en los riñones y el hígado después de que consumes proteína. Las proteínas animales, particularmente la carne roja y el pescado contienen creatina de manera natural, pero tendrías que consumir cantidades inhumanas para conseguir lo que brindan los suplementos.

Algo que queda notar es que consumas la creatina como un complemento de la proteína, no como sustituto. Esto es porque ambos trabajan de maneras diferentes. La creatina resulta en mayor fuerza durante tu ejercicio, mientras que la proteína resulta en más reparación múscular.

¿Cuáles son sus efectos secundarios?

Te vuelves más fuerte, pero no inmediatamente.

La creatina aumenta la capacidad del cuerpo para producir energía de manera rápida y existe naturalmente en el cuerpo.

También es posible que te haga subir de peso, pero eso es debido a la retención de líquidos que causa. Es normal que retengas entre un kg a dos de agua en la primera semana tomando creatina.

Pero esto es bueno porque la creatina llevará más agua a tus músculos, haciendo que sean más grandes y llenos.

Si no estás subiendo de peso al corto plazo, es posible que no estés bebiendo suficiente agua mientras tomas tu suplemento de creatina.

Si tomas creatina y no haces ejercicio, no subirás de peso como mucha gente cree. No contiene calorías y no impacta tu metabolismo, así que si lo tomas y no haces ejercicio, simplemente estarás tirando dinero a la basura.

Para que funcione la creatina, forzosamente tienes que hacer ejercicio. No hace tus músculos más fuertes, pero les da la energía para que puedas hacer tu rutina de ejercicio más intenso de lo normal.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.