Una hernia es un bulto que aparece en tu cuerpo cuando algún órgano interno atraviesa el músculo o el tejido que lo rodea. Pueden ser muy difíciles de diagnosticar en mujeres, son pequeños y con frecuencia no se nota el bulto que los vuelve muy fácilmente identificables.

Pero sin tratar, pueden resultar en incomodidad, dolor y condiciones más peligrosas como bloqueos intestinales o incluso gangrene. Aquí está todo lo que necesitas saber para identificar una hernia:

¿Qué es exactamente?

Como ya dijimos, es cuando un órgano se sale de entre el músculo o los tejidos protectores que lo rodean. Existe una variedad de tipos de hernia, pero los más comunes ocurren en zonas fácilmente predecibles.

  • Entre las piernas (hernia inguinal)
  • Arriba del muslo interno (hernia femoral)
  • En el abdomen (hernia hiatal)
  • Entre el ombligo y el esternón (hernia epigástrica)

Las hernias también ocurren cerca de donde se te hiciera una incisión quirúrgica o cerca del ombligo (hernia umbilical).

Si tienes una hernia en el abdomen o la entrepierna, notarás un bulto que puedes aplastar o que puede desaparecer cuando te acuestas. Pero como las mujeres normalmente experimentan hernias internas, podrás sentir un dolor consistente que no tiene otra explicación.

¿Qué tan comúnes son las hernias?

Bastante. La reparación de hernias es una de las operaciones quirúrgicas más comunes en el mundo. Las hernias inguinales son las más comunes y por mucho, conformando un 75 a 80% de los casos en total. Alrededor de 27% de los hombres y 3% de las mujeres desarrollan hernias en la entrepierna en algún punto de sus vidas.

Pero recientemente han habido más casos de hernias epigástricas en mujeres jóvenes, delgadas y sanas que hacen yoga o pilates regularmente. Estas hernias suelen ser congenitales, o sea que naces con ellas. Pero normalmente no son peligrosas, suelen ser muy pequeñas.

¿Qué causa una hernia?

No existe un solo culpable por las hernias. Pueden ser hereditarias, relacionadas con la edad, o sea que tu tejidos se vuelven más flojos conforme envejeces. Pero normalmente son causadas por debilidad en el músculo y esfuerzo y hay cosas que pueden ponerte en mayor riesgo.

Fumar, estreñimiento crónico, tener sobrepeso u obesidad e incluso levantando cosas muy pesadas puede hacer que hagas mucho esfuerzo en tu zona abdominal. El embarazo también puede ser una causa de hernias en mujeres.

¿Cuáles son los síntomas?

Hay una gran gama de síntomas cuando se trata de hernias y es muy posible tener una que no presente síntomas también. La mayoría de los pacientes suelen describir el síntoma principal como una incomodidad que puede empeorar al final del día después de estar parados por mucho tiempo o hacer algún esfuerzo.

Ocasionalmente progresan. Con una hernia femoral o inguinal, a veces las mujeres sentirán un ardor que puede llegar hasta la labia, o incomodidad o incluso dolor en el muslo interior superior.

Los síntomas más preocupantes suceden cuando tienes algo conocido como una hernia estrangulada. Esto es cuando el intestino entra a la hernia, ya sea femoral o inguinal, y termina ahí atorado.

Después de unas horas, los síntomas pueden progresas hasta llegar a un dolor extremo, posiblemente acompañado por náusea o vómito. Típicamente una hernia de estas es tan dolorosa que terminas en la sala de urgencias.

Cómo tratar una hernia

Una vez tiene un hoyo en el músculo o el tejido que permite que tus órganos salgan a través de él, este hoyo no se cerrará por su cuenta. No pueden hacer ejercicio o fortalecer tus músculos para que se quite.

Aquellos que no presentan síntomas o que presenten síntomas más leves pueden esperar mientras están alertas. Pero una vez se presentan los síntomas, la única opción es repararlo a través de cirugía.

¿Cómo prevenir una hernia?

Lo único que puedes realmente hacer es mitigar los factores de riesgo. Si fumas, deja de fumar para no toser. Si te estriñes y te cuesta ir al baño, procura tomar medidas para que tus heces sean más suaves y no tengas que pujar. Si levantas mucho peso, disminuyelo. Si haces yoga, haz modificaciones al arquear la espalda.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.