Joseph LeDoux ha identificado la amígdala como el circuito de miedo del cerebro, el origen de donde creemos que viene la ansiedad y el miedo, pero ahora cree que estos sentimientos no originan de un sólo lugar del cerebro, sino que de varios.
LeDoux culpa algo de su trabajo por este malentendido, diciendo que al etiquetar la amígdala como “el circuito de miedo” ha llevado a muchas malas consecuencias en el campo. El mayor problema es que él no cree que el miedo y la ansiedad necesariamente estén programados al cerebro como una respuesta básica al mundo que nos rodea, sino que dos fenómenos distintos que originan de varias partes del cerebro y únicamente después de que el cerebro responde a la primera amenaza de peligro.
LeDoux discute que mientras que tu cerebro entrará en modo de defensa cuando detecte una amenaza, sentimientos conscientes de miedo y ansiedad no se manifiestan hasta después de que tu cuerpo se ha preparado para tomar acción. Sin embargo, LeDoux discute que se ha vuelto común actuar como si no hubiera diferencia entre el miedo y la ansiedad y la respuesta de tu cuerpo ante amenazas (con frecuencia, los investigadores estudian el miedo al medir la reacción del cerebro ante amenazas inmediatas) lo cual informa todo desde la manera que vemos la ansiedad a cómo la tratamos.
Consecuentemente, los ansiolíticos buscan “el circuito de miedo” en lugar del miedo o la ansiedad en sí. Para realmente ser eficaces, los ansiolíticos deberían actuar diferente en cada nivel.
LeDoux admite que intentar cambiar una forma de pensar sobre la ansiedad que ha durado años a otra manera es un reto, pero que es uno que vale la pena completar.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.