El kale se ha puesto de moda en muchos lugares por sus altos niveles de calcio, magnesio, potasio, vitamina K y varios fitoquímicos y antioxidantes. Pero este alimento super nutritivo oculta un oscuro secreto: contiene niveles potencialmente peligrosos de metales pesados.
En un estudio reciente sobre la biología molecular del kale, el col, broccoli, coliflor y otras verduras del estilo, son acumuladores de metales pesados como el talio y el cesio.
Es más, es común encontrar rastros de niquel, plomo, cadmio, aluminio y arsénico en este tipo de verduras y la contaminación afecta a sus presentaciones orgánicas y las estándar.
La fuente es e la tierra. Si está en el suelo, estas verduras lo absorberán.
El talio es un ingrediente común en el veneno de ratas. No tiene sabor, olor y casi no tiene color. Mientras que aquellos que dieron positivo no consumieron niveles venenosos del metal, era suficiente para causar fatiga, arritmia, náusea, problemas digestivos, problemas neurológicos y pérdida de cabello.
Mientras que las toxinas se encuentran en todas partes en este mundo industrial en el que vivimos, no es una exageración el que nos deba preocupar estos descubrimientos. Se sabe que los metales pesados son aditivos y sinérgicos. Así que si consumes un poco de talio, un poco de plomo y un poco de cadmio, es uno más uno más uno que equivale a cinco o seis, no tres.
En otras palabras, estos metales son más dañinos cuando están combinados. Se acumulan en tu organismo y en algún momento te van a hacer mucho daño.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.