Pensarás que te salvaste de las alergias porque no las desarrollaste de pequeños, pero según estudios, casi la mitad de la gente con alergias a algún alimento lo desarrollan cuando son adultos.
Tras 10 años de estudios y análisis de datos, investigadores han estimado que alrededor de un 4% de la población tiene alergias a algún alimento.
Se sabe poco de cómo se desarrollan las alergias a los alimentos, son bastante impredecibles. Una reacción puede afectar tu piel, tu sistema respiratorio, digestivo o incluso tu corazón, dependiendo de dónde en tu cuerpo se liberan los anticuerpos e histaminas. Para complicar más las cosas, la manera en que reaccionas ante un alimento una vez puede variar la próxima vez que lo consumas.
Las alergias no son nada para tomarse a la ligera, aquí hay 5 señales por las cuales deberías estar atento:
Tu piel se vuelve loca
Comezón, salpullido, incluso eczema que causa rojez en la piel, partes hinchadas de la piel, incluso en las manos, pies o articulaciones. Si notas algo de esto después de comer, o alrededor de tu boca se ve rojo, puede ser que seas alérgico a algo en tu plato.
Tu pulso se debilita
En algunos casos, las alergias afectan más profundo que la piel. Cambios en tu presión sanguínea pueden ser por causa de una alergia. Pero al menos de que estés midiendo tu presión siempre que termines de comer, es probable que no te des cuenta del cambio. Sin embargo, si sientes tu pulso débil, puede ser una señal. Como con cualquier reacción alérgica, puede pasar de algo que parece inofensivo puede agravarse en un segundo, nunca lo ignores.
Tu boca de descompone
Una alergia puede causarte comezón en la boca o una “tos ligeramente seca.” Esto normalmente sucede con frutas o verduras que tienen proteínas similares a las del polen. La comezón suele limitarse en tu boca y desaparece en unos minutos.
Tu pecho se siente apretado
Si te cuesta trabajo tragar o sientes presión en el pecho, puede que estés experimentando esofagitis eosinofílica. Los alérgenos de la comida pueden causar una respuesta inmune que envía enormes cantidades de células blancas a tu esófago, lo cual causa que se inflame, haciendo que se sienta apretada tu garganta.
Te cuesta trabajo ir al baño
Si tu comida te causa náuseas, te duele la panza o te manda corriendo al baño, no pienses inmediatamente que se trata de una intoxicación o intolerancia a la lactosa. Si sucede cada que comes cierto alimento, puede ser una alergia.
Pero nota: una alergia y una intolerancia a cierto alimento no son lo mismo. La intolerancia no es una respuesta inmune y generalmente tiene síntomas menos graves. En lugar de simplemente dejar de consumir el alimento que te causa incomodidad, es importante determinar si se trata de una alergia o no porque podría tener consecuencias más graves.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.